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🥀Chanyeol llegó al condominio de su pequeño, preocupado, agitado, un lunes por la mañana donde debería ir con la pereza en el cuerpo, con el sentimiento de haber tenido un excelente fin de semana, estrenando sus dieciocho años, pero no era así, Park estaba desesperado, paranoico, agobiado, muchísimos sentimientos le oprimían el corazón, quizás exageraba, quizás tenía un motivo, quizás Baekhyun saldría por aquella puerta con una semi sonrisa diciendo que su madre había requisado su teléfono y que por eso ayer no le había podido contestar los mensajes, pero eso no pasó, llegó donde el conserje del condominio sumamente serio y preocupado.
- buen día, ¿sabe si Baekhyun está arriba? - se apoyo en el mostrador con ambas manos y miró expectante al anciano.
- el pequeño se fue hace bastante a la escuela muchacho - mientras ordenaba papeleo el anciano respondió.
- ¿hace cuánto tiempo? - vale, esto era extraño, Chanyeol todas las mañanas iba en busca del niño, Park se estaba hiperventilando.
- más o menos 15 minutos - Chanyeol miró el registro de llamadas de su celular, había llamado a Baekhyun entre ayer y hoy unas diecisiete veces ninguna con respuesta.
- por casualidad, ¿usted lo vio bien cuando él bajó? - Park cada vez sentía más presión en el pecho, no quería pensar lo peor.
- si, bueno, él no está enfermo ni nada ya que recibió visita el día de ayer - la cara del conserje seguía mirando hacia los papeles, verdaderamente ocupado para atender a un adolescente con miedos.
Era sumamente extraño, ¿por qué a él no le respondía el celular, ni llamadas ni mensajes, pero había recibido visitas ayer?, Chanyeol comenzó a analizar si algo había hecho mal, no había mentido, no había ido a una misión si quiera sin decirle, no hacía nada para que Baekhyun le ignorara, pero este lo hacía olímpicamente. Al llegar al establecimiento, derrotado y con bolsas debajo de sus ojos ingresó al aula, le buscó con la mirada, pero no le hallaba, llegó el primer receso y Chanyeol se sentía como un tigre enrabiado que estaba enjaulado, no podía hacer nada más que lidiar con su preocupación, cada tanto tocaba el dije entre su dedo índice y el pulgar aferrándose a sus pensamientos optimistas de que Baekhyun se encontraba bien. Decidió aceptar la invitación de Sehun al ir a fumar en los casilleros abandonados que el establecimiento tenía y que ellos lo ocupaban para vender la mercancía, se encaminaron, Park envuelto en sus propios pensamientos, los demás reían y bromeaban, hasta que le vio, de espaldas en un círculo con los chicos en el casillero abandonado, se acercó a él y le tocó el brazo, no entendía porqué su cuerpo reaccionaba así cuando su cabeza y corazón le gritaban que le abrazara.
