Los ascendidos, mejor conocidos como talismanes, son los seres encargados de ayudar a alguien en particular a conseguir un nuevo significado de la vida. Estos suelen asignarse a personas en específico; regularmente aquellos quienes han estado pasand...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A Jeon Jungkook le costaba permanecer quieto en su asiento con tanto cambio de carril. Intentó en todo momento mantener la misma postura, sin embargo, los movimientos repentinos de la camioneta lo hacían deslizarse un poco de un lado a otro. Estaba tan concentrado en mantener el equilibrio que hasta que ya habían recorrido algunos kilómetros se dio cuenta de que estaban considerablemente lejos de las zonas más concurridas de la ciudad y que ahora atravesaban un vecindario tranquilo con árboles a los lados de las calles y casas pertenecientes a la nobleza. «Increíble», dijo Jungkook en voz baja mientras Taehyung permanecía del otro lado del asiento, intentando controlar su respiración irregular. Él llevaba años sin pasar por esas calles, tanto que casi las había olvidado por completo.
Las casas de aquella calle irradiaban clase alta. Había Cadillacs y autos deportivos aparcados en los caminos y en las cocheras de las enormes residencias. El conductor dio otra vuelta y Jeon Jungkook estaba casi seguro de que aparcaría la camioneta delante de una enorme casa gris con ventanas de estilo diamante. Esta se alzaba sobre una pequeña elevación de césped bien cortado, rodeada de hermosos adornos florales perfectamente cuidados, pero no se detuvo.
El menor frunció el ceño cuando se dio cuenta de que el camino continuaba, sin embargo, ya no había otras casas a los lados. Soltó un suspiro mientras seguía observando todo a su alrededor. La lluvia no había cambiado. Los cielos se abrían y las gotas caían martilleando con fuerza contra el cristal que recubría la ventana. El hombre continúa conduciendo por algunos minutos y, cuando comienzan a subir a través de una pequeña colina, Jungkook es capaz de darse cuenta de que Taehyung se ha enderezado un poco y que ahora no puede dejar de mover una de sus piernas en señal de nerviosismo.
