No estaba enamorada.
Estaba obsesionada.
La atención, el "amor", los regalos, y las palabras bonitas me mantenían en pie.
Si te amaba.
Lo hacía con mi alma.
Un alma rota, agrietada, y vieja.
Pero te amaba.
No soy capaz de dejarte ir, no quiero hacerlo, no quiero imaginarlo.
No quiero girar mi rostro y ver que tú no estés a mi lado.
Así que ven, obsesiónate conmigo como yo lo estoy de ti.
Y dejemos que todo se comience a ver de color morado.