➥ Capítulo tres

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CAPÍTULO 03

ZAYN HARRIS

Tras el divorcio de mis padres aproximadamente dos años, todo se desmorono para mi hermana, y la familia que alguna vez nos pintaron entre fantasías todo se fue al tacho de un momento a otro, el castillo de hadas que una vez le hicieron creer a mi hermana se destruyo dejando escombros, pero los dos no podemos ser débiles, es ahí cuando trate de ser fuerte por los dos, mamá se mudo de país cuando mi padre gano la custodia.

seis meses después de este suceso, mi hermana enfermo de gravedad, le diagnosticaron leucemia, ella había perdido la esperanza de vivir, ¿Y quién no? con una familia tan disfuncional que nos mostraron meses antes del divorcio, al enterarme de la enfermedad me sentía frustrado, enojado con el mundo, por todas las desgracias que nos pasaban, pero también sabia que no éramos los únicos adolescentes que pasaban por eso, me refugie en las drogas y el alcohol, pero veía a mi hermana empeorar cada día, así que empece a ver por ella, ya que nuestro padre nunca tenia tiempo para cuidarla, deje las drogas por ella aunque no puedo decir lo mismo del alcohol. 

Fui yo quien tuvo que crecer rápido para empezar a cargar con responsabilidades de mis padres, pero hoy en día ella esta mejorando y es algo que doy gracias al destino, por no quitarme mi soporte para seguir, amo a es chica que se parece a mí.

Vi la hora de mi móvil son las cinco de la mañana, es hora de levantarme, Jime sigue durmiendo y a las cinco y media tiene que tomar su primer juego de pastillas, se que no lo hará si no la superviso, sentí mis pies chocar con el piso frio eso hizo que mi cuerpo se estremeciera, tome camino hacia el cuarto de baño, al estar en la ducha sentí como las gotas de agua rozan sobre mi cuerpo desnudo, el efecto de este es que se me va por completo el sueño, al salir me cepille los dientes.

 Busque y rebusque algo que ponerme entonces agarre una camisa de cuadras negros y un polo blanco dentro de este, junto con unos jeans ajustados y mis botas negras, me puse el reloj en la muñeca y salí de la habitación  con mi mochila sobre los hombros y mi móvil en el bolsillo trasero de mis jean , tome dirección al cuarto de mi hermana que aun no levanta, vi el pequeño artefacto que adorna mi muñeca ya eran las cinco y veinticinco, falta cinco minutos para que tome su primer juego de pastillas.

Golpee suavemente su puerta, para que me abriera, seguí y seguí hasta que abra.

- Zayn, puedes dejarme en paz - gruño del otro lado de la puerta, se levanto con el pie izquierdo.

- Tienes que tomar tus pastillas - le recordé con una voz que no sonara a una orden aunque no lo logre.

Ella abrió su puerta y me quede viendo su rostro igual a la de un  ángel, con sus ojos verdes, el cual tienen un brillo en particular.

- Esta bien -  respondió, y entre a su habitación tome asiento al borde de su cama  para controlar que en verdad se las tomara - Por qué no me dejas morir.

Al escuchar esas palabras salir de su boca sentí como mi corazón se rompió, como haría eso, ella es todo lo que me queda, ella es mi otra mitad.

- No seas estúpida - no me gusta hablarle así, a ella no, pero es que a veces habla tonterías, cuando vi sus rostro tenia una sonrisa de oreja a oreja dejando ver sus hoyuelos, al verificar que si tomo sus pastillas me puse de pie - Iré a prepararte el desayuno. 

Comente, mientras mis piernas giraban sobre mi eje con dirección a la puerta.

- Te amo Zayn, gracias por todo - susurro lo suficientemente alto para oírla, me di vuelta y solo sonreí, eso significaba que también la amo, como no amarla.

Moriría por ella, daría todo por ella, es mi hermana mi melliza, mi otra mitad, el único temor que tengo es que un día ella se vaya, me dirigí a la cocina y mientras me dirigí busque a mi padre pero como siempre no estaba, nunca esta.

SIMPLES CONOCIDOS | Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora