Capítulo 12

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Pov Daniela

Busque las llaves de la casa de mi hermana en mi bolso pero para cuando encontré estás Johann ya estaba en la puerta, recibiéndome

-¿De dónde vienes?- dijo cruzándose de brazos y sentándose en dónde supongo, me esperaba antes

-¿Por qué te interesa de donde vengo?- cerré la puerta tras de mi y colgué mi bolso en el respaldo de una silla para dirigirme a la cocina

-Soy tu prometido, me interesa saber de dónde vienes- dijo mientras estaba recargándose en el marco de la puerta de la cocina

-Bien- di un sorbo al vaso de agua -Estaba en una pastelería por casa de Abisambra- tome dirección a mi habitación

-Abisambra estuvo aquí antes, buscándote- me tomó del brazo para retenerme, me solté

-No dije que estuviese con ella- subí las escaleras y me encerré en la habitación

Escuché que el venía detrás de mi y después de cerrar la puerta el estaba golpeando para que le abriese

-Daniela, abre la puerta- decía en voz baja

-¿Para qué?- le dije detrás de esta

-Yo puedo dejar pasar esto si tan solo me lo explicas- dijo en el mismo tono bajo de antes, le abrí la puerta

-¿Que crees que estuve haciendo?- mi ceño se frunció -No tuve sexo con un desconocido al azar, Johann, no te engañe- mi voz subía y bajaba de tono

-Bien, yo te creo. Daniela, sabes que te amo como loco- puso mis manos juntas y las acercó a su pecho -Eres lo mejor que me pasó en la vida- siguió con su discurso

Yo no amaba a Johann, no lo amaba más, pero siempre que hablaba conmigo su vulnerabilidad salía a flote, sentía culpa por no amarlo de la manera en la que el me amaba, sentía culpa por sentir atracción instantánea hacía la modelo pero el estar de esta manera me ponía sensible, no podía dejarlo así como así

-Quiero que nos casemos lo más pronto posible- plantó un beso en mis labios, labios que horas antes habían sido de la morena y no podía quitar la sensación de aquellos pequeños e inocentes besos, lo aleje

-Después hablaremos de eso- le dije dejando pequeñas palmadas en su pecho -Ahora, ve a descansar- puso sus labios contra los míos de nuevo, llevaba tanto tiempo sintiéndome sofocada y tan disgustada ante el hace ya bastante tiempo que ni siquiera podía recordar que lo amé

-¿Puedo quedarme contigo? Te extraño demasiado- bajo sus besos a mi cuello y su barba ya no hacía cosquillas como antes, ahora raspaba, ahora me parecía repugnante

-No, mi mamá y mi hermana están cruzando el pasillo y hay que respetar eso, ve a tu habitación- lo aleje y lo lleve a la puerta, el se recargo el el marco esperando un beso de mi parte, cedí, lo besé y me dejó en paz.

Me metí en mi pijama para por fin poder descansar, no podía dormir, a pesar de que Johann había puesto sus besos sobre mis labios y piel el toque y los besos de la morena seguían en mi, volviéndome loca pensando en ella.











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