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Cuando Shuuji bajó de la azotea y gracias a una de las enfermeras descubrió que el chico ya había despertado desde hace una semana, corrió hasta la habitación de hospital del menor como si su vida dependiera de ello con una sonrisa y lágrimas escapando de sus ojos, teniendo cuidado de no causar disturbios ya que lo que menos necesitaba era que le negaran la entrada o le dieran el alta.

Sabía que no tenía que correr, la herida en su abdomen a pesar de ya no tener puntos estaba sensible, su columna seguía en recuperación y su brazo no estaba bien del todo aún cuando le quitaron el yeso, y si se topaba con el doctor que lo atendía se iba a llevar una reprimenda de lo peor.

Había esperado este día desde que "despertó" porque extrañamente el también tenía heridas graves pero no como las del menor, algo que no recordaba como pudo pasar ni le interesaba, solo se esforzó por seguir al pie de la letra cada indicación al saber que Tetta estaba con vida y que solo quedaba esperar a ver como reaccionaba.

Aunque podía llevar gran parte del proceso de recuperación desde casa, decidió que lo mejor era quedarse ahí con la excusa de que en el hospital todo estaba "mejor preparado", cuando en realidad quería estar cerca de su amigo pero a la vez no tanto para evitar problemas con los señores Kisaki.

Nunca se los topó de nuevo, y no necesitaba hacerlo para saber que pasaría si llega a coincidir con alguno, y no podía juzgarlos, era su culpa por creer que su amigo había huido.

Ya había memorizado el número de habitación del menor, incluso desde antes de obtener el alta iba con una carta previamente escrita y le leía cualquier recuerdo que haya redactado en la hoja, a veces de cuaderno, a veces reciclada, pero iba sin falta cada miércoles y hoy no era la excepción.

En menos de lo que pensó ya estaba frente a la puerta, sintiendo las palmas de las manos algo húmedas y tratando de recuperar el aire, con unos nervios que jamás creyó sentir. No se limpió las lágrimas, por primera vez desde que salió de ahí se quitó la capucha de la sudadera, inhaló mientras tomaba la manija de la puerta y la abrió, con la mirada baja, tragandose los sollozos que querían escapar de su boca.

La puerta cerrándose llamó la atención del menor, creyendo que era un enfermero más pero sorprendiendose al reconocer aquella cara con una expresión que jamás imaginó.

Azul grisáceo y dorado se conectaron, brillando de una forma que, para el mundo en el que vivían, era casi imposible, con un aspecto totalmente diferente al cúal se recordaban, con heridas que encajaban casi perfectamente con lo que había pasado, sin rastros de maldad en el aire, con una paz y felicidad que no creyeron sentir.

—¿Kisaki?

Con solo escuchar la voz, sintió una punzada en el pecho al caer en su realidad, queriendo apartar la mirada para no verlo, no por orgullo, sino por vergüenza de su estado.

"Hanma... Está llorando..."

—Me alegro de poder disfrutar de este circo un poco más...

Unos brazos lo rodearon de la forma más amorosa posible y como pudo lo correspondió, sintiendo un beso en su cabeza y pequeños masajes en su espalda al estar sentado en la camilla. No recordaba la última vez que lloró, ni sabía porque decidió acompañar a su amigo alto en su forma de expresar su emoción al volver a verse, pero le gustaba sentirse y sentirlo tan vulnerable, y por un momento empezó a creer que es una persona despreciable por manipular a alguien que lo quiere tanto.

"Perdóname por todo, Hanma"

—Mis padres podrían venir—no quería arruinar el momento, al contrario, en ese instante aquellos brazos le estaban dando un calor reconfortante como nunca antes, pero no quería meter el problemas al mayor

—No lo creo, por eso elegí este día... Seguramente todos van a querer matarnos—le fue inevitable al más alto soltar una carcajada, algo que extrañamanente no pudo hacer hasta ese momento

Por hoy el mundo pasaba a segundo plano, no sabe que tanto tiempo deba estar ahí ni que le espera una vez que termine su estadía en ese lugar, pero en definitiva, el chico alto parece querer quedarse el tiempo necesario a su lado y Kisaki no le va a negar aquello, sobretodo porque se siente más seguro que nunca.

Le agrada saber que no murió, y que Hanma tampoco lo hizo, pero ambos saben que algo en ese lugar es muy diferente a como lo recuerdan.


¡Gracias por leer! ~SHK

Los capítulos serán algo cortos (a veces), pero será porque este fic es un completo enredo, no hay viajes en el tiempo pero habrá de otro tipo c:

Por cierto, ¡gracias por las más de 400 leídas! No creí que alguien quisiera continuación ni que tuviera apoyo, les quiero <3

Sin Luz ✨ HankisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora