Soul(not)mate ↬ Minsung (SKZ)

III.

—¿Lo conociste hace poco? —abrió los ojos, ladeando la cabeza y mirando con asombro al mayor.

—Sí, hace muy poco —asintió. —¿Por qué?

—Es que... usualmente siempre se encuentra el alma gemela en la adolescencia —Jisung suspiró, llevando el cigarrillo a sus labios y aspirando el humo que tanto daño le hacía. Lo soltó lentamente. —He leído a muchas personas que luego de los 20 años es difícil que pueda encontrarla.

—Pero la esperanza es lo último que se pierde, ¿eh? —Minho sonrió, sin dejar de balancearse en el columpio. —¿Y tú? ¿Qué tal tu alma gemela?

Jisung sonrió con tristeza, sus ojos bajaron al dorso de su mano sin el tatuaje plasmado allí y masajeó el área. Su cuerpo se balanceó levemente en el juego.

—No hay... no existe —se encogió de hombros, restándole importancia y sin dirigirle una mirada al mayor, siendo totalmente ignorante ante el asombro de Minho. —Ha este paso ya he perdido la esperan-

—¿No tienes? —Minho lo interrumpió, bajándose del columpio y acercándose a él casi con necesidad. Jisung se inclinó hacia atrás un poco antes la cercanía del mayor. —¿Has visto tu mano? ¿No tienes ningún tatuaje?

—No lo tengo... —Jisung frunció el ceño enseñándole el dorso de su mano y Minho jadeó, dando un paso hacia atrás al ver que claramente no tenía nada allí. —¿Qué... qué es lo que pasa? ¿Cuál es el problema? —preguntó porque realmente aquella actitud de Minho era extraña y lo hacía sentirse confundido. Él debería estar más preocupado por el tatuaje, no el mayor.

—Imposible... —Minho negó con una cabeza, mirando su propia mano y luego la de Jisung respectivamente. —Mira mis iniciales, Jisung.

—Están borrosas —Jisung susurró, tragando saliva porque un extraño sentimiento lleno de confusión y alerta lo invadió. —No logro leerlas.

—"H.JS" —leyó Minho, sin darle un poco de espacio a Jisung porque se veía un poco alterado. —¿Cuál es tu nombre?

—Jisung —contestó el contrario.

—Tú nombre completo.

—Han Jisung... —y solo allí pudo darse cuenta a lo que Minho realmente quería llegar. Su voz se volvió silenciosa y casi podía sentir que dejaba de respirar. ¿Como era posible que su otra mitad lo haya encontrado... pero él no?

Empujó a Minho para que le diera un espacio prudente y se bajó del juego, llevando sus manos hacia su rostro y respiró con dificultad. No entendía que era lo que estaba pasando, el tatuaje de Minho cada vez se volvía más claro y nítido, mientras que el de él ni siquiera se pronunciaba con pequeñas manchas. Se suponía que cuando se encontraban a su alma gemela, los tatuajes aparecían en cuanto decían sus nombres; Minho había dicho claramente el de él, ¿entonces por qué demonios no tenía un maldito tatuaje en el dorso de su mano?

La urgencia y el miedo de apoderaron de su sistema y las lágrimas se acumularon en sus ojos.

—No-no... no en-entiendo... —negó con la cabeza, siendo consciente de la mirada de Minho en él. —¿Por qué tú tienes el tatuaje y yo no?

—Porque tú eres mi alma gemela... —Minho respondió soltando un suspiro tembloroso, sus dedos picaban por acariciar el suave cabello del menor. —Pero yo no soy tu alma gemela.

—¿Es eso posible? —preguntó, sus ojos rápidamente yendo hacia los de Minho. Algo dentro de él se retorció al oír a Lee decir aquello y quiso negarlo, pero no tenía pruebas y por más que quisiera creer lo contrario, el tatuaje seguía sin aparecer.