Demigod. El héroe perdido

Eso era más fácil de lo que había pensado

Riley se fue de ahí dando grandes pisotones. De por sí, tenía tan gastadas sus converse, y con esas bobadas.

Pero a la rubia le molestaba que la llamaran hueca o plástica solo por ser rubia. Ahora imaginemos que hubiera pasado si Riley fuera hija de Atenea.

En realidad, lo que pasaría seria Leo se quedaba sin hijos

 Riley no fue por Dylan, si no con Hedge, a decirle lo de Jason. La gente del colegio siempre se preguntaban como Hedge se enteraba de todo, Riley era la respuesta.

—Hey. ¿Tengo que estar con el retrasado ese?

Hedge se giró a la rubia, lo cómico era que esta era más alta que él— ¿Qué quieres que haga?

—Cambia mi compañero

Hedge rodo los ojos

—Ve con McLean, sirve que la tienes vigilada—Riley estaba por soltar un ¡Yay!, Hedge continuo—Pero también con Dylan, tiene algo raro

Riley soltó un bufido de indignación y se llevó las manos a la cara, jalándola haciendo crecer sus facciones, además de distorsionarlas. La rubia camino hacía Piper, que se encontraba siendo jalada por Dylan, Riley sonrió y se acercó a la castaña

—Pir—hablo, poniéndole ese apodo—Hedge me ha dicho que soy su compañera

Piper se sorprendió al volver a ver a Riley, en especial por el apodo que le había puesto, aunque no sonara tan mal.

—Está bien

—Ambas son muy afortunadas de ser mis compañeras—Ahora Riley también era sujetada por Dylan, sin embargo, esta lo golpeo en el brazo

— ¡Suelta! La idiotez se contagia

Cuando ya habían entrado al museo, Riley miraba todo y contestaba una que otra cosa de la hoja de trabajo. Amaba ese tipo de cosas.

Cuando llegaron a la sección de la tribu Hualapai, algunas chicas los miraban y reían, Riley frunció el ceño. Todas ellas tenían todos los síntomas de zorritis aguda.

Una de ellas, la que se notaba que era la Fresa 1° dijo—Hey Piper, ¿Tu tribu corrió en ese lugar? ¿Lo tienes gratis si haces la danza de la lluvia?

Riley vio como muchos reían, Dylan miraba a Piper con una sonrisa divertida. Riley hablo, dirigiéndose a la chica que lo había dicho

— ¿Eres tonta? Porque parece que sí, si quieres, tú también  puedes ir con tu tribu de zorras a correr al mercado negro, y de paso las cortan en pedacitos y las venden

La gente se le quedo viendo. ¿Riley? ¿La No-hablo Riley?

Piper fue la primera en reaccionar, y se colocó al lado de Riley —Mi papá es Cherokee, no Hualapai, Isabel, pero claro, tú necesitas unas cuantas neuronas para notar la diferencia

Isabel abrió tan grande los ojos que parecía lechuza maquillada

—Oh, lo siento, ¿Tu mamá estaba en esa tribu? Oh, es cierto, tú no conociste a tu madre

Piper se iba a abalanzar como tigre, pero, antes de que hubiera sangre, el entrenador Hedge ladró— ¡Suficiente allá atrás! ¡Den buen ejemplo o mi bate se hará cargo!

Todos entraron, pero se seguían escuchando comentarios sobre Piper, cuando Riley, literalmente estaba harta, le dijo a su amiga castaña—Pir, les romperé la cara

Riley ni si quiera espero a que Piper  respondiera, porque ya estaba al lado de las chicas— ¡Ey Isabel! ¡Zorreate esto!—justo cuando la chica se giró hacia ella, el puño de la chica se estrelló en su cara, justo en su nariz operada.

Riley volvió al lado de Piper, y le sonrio—Gracias por romperle la nariz operada, eres mi ídolo—Rio Piper junto  a ella. La verdad era que a Riley le importaba pepino los conflictos con mortales, en cualquier momento le podía pedir a su progenitor divino el permiso para utilizar… El don—Pero la próxima, déjame a mí el asunto

Riley y Piper comenzaron a charlar de cosas que no tenían nada que ver del tema, Piper se sentía bien hablando con la rubia.

Hedge explico algo de no romper el gran cañon, y algo así. Cuando abrieron las puertas, y todos pasaron, Riley sonreía y miraba todo. Para su suerte, no era el típico cliché de chica bajita, y era considerablemente alta.

Eso era más fácil de lo que había pensado.