No me llames plástica

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Riley sonreía, mientras observaba desde su asiento en el autobús a los tres chicos a los cuales había estado siguiendo la pista. Se acomodó el vestido azul. A diferencia de muchas chicas en el campamento(A excepción de la mayoría de Afrodita), que se creían las malotas por no usar vestido, a ella si le agradaba usarlos.

Riley soltó un suspiro, ahí iba su momento rubia hueca del día. Se levantó de su asiento, después de haber hecho rodar su bolígrafo, de una manera tan calculada que la hizo llegar hasta los asientos de atrás. Riley se levantó del asiento que compartía consigo misma, y, tambaleándose un  poco debido al movimiento, llego hasta ellos.

—Perdonen, ¿No han visto mi lapicera? Juraría que cayó por aquí—Murmuro Riley, con ese tono de angustia al que ya tan acostumbrada estaba

La castaña, que, según sabia, se llamaba Piper la miro, y sonrió amablemente— ¿Es esta?

Riley asintió, y chasqueo los dedos, como experta en niebla que era. Toda la gente había pensado que una gran sacudida la había hecho caer entre Leo y Piper.

— ¡Lo siento!—chillo de la misma manera de antes

—No pasa nada. Te puedes quedar aquí—Piper se autocorrigió—Digo, si quieres

—Claro—Riley volvió a asentir y se quedó en su lugar después de acomodarse. Escuchaba lo que el sátiro Hedge decía. Riley se había dado cuenta de que Quirón lo había mandado para "Cuidarla" a la semana.

El "¡Llegaremos en cinco minutos!" Junto con el carraspeo de Jason hizo a Riley despertar. Sonrió como hacía unos minutos

—Quédense con su compañero. No pierdan su hoja de trabajo, y si alguno de ustedes pequeños hermosos panecillos causa cualquier problema en este viaje, yo personalmente los enviare de vuelta al colegio del modo más complicado

Riley rodo los ojos al ver como Hedge tomaba el bate de béisbol, y le dirigió una mirada de: "¿En serio?"

— ¿Puede hablarnos de esa forma?

—Es Hegde. Mucha expectativa, poca realidad—dijo Riley. Los otros tres se sorprendieron al ver que perdía su tono de rubia hueca

—Siempre lo hace—tomo la palabra Piper—Este  es el colegio Wilderness. Donde los chicos son como animales

—Esto es un error. No debería estar aquí

—Si no, ¿Dónde, rubio?—pregunto con voz algo sarcástica

—Tú también eres rubia

—Sí, claro Jason. ¡Todos hemos sido embaucados! Yo no intente escapar seis veces, esta chica no se pasa todo el día sola si bien tiene pinta de rubia hueca, y Piper no robo un BMW.

La sangre subió a las mejillas de la chica— ¡Yo no robe ese auto, Leo!

—La cosa es que no me quiero juntar con idiotas como tú—gruño Riley, con ganas de pegarle un puñetazo en la nariz

Leo alzo ambas cejas, sorprendido por el tono de la rubia—Aja, como sea—paro, girándose a Piper—Oh, sí Piper, ¿Qué habías dicho? ¿Tu "hablaste" con el dueño para que te lo prestara?

Riley sabía exactamente que Leo era semidiós, era al que más se le notaba, por la manera en que sus largos dedos tamborileaban en el asiento, moviendo su cabello, tocando los botones de su chaqueta.

—De todas formas, espero que tengas tu hoja de trabajo, porque use la mía para hacer tacos de saliva hace unos días. ¿Por qué me miras tanto?

—No te conozco/ ¿No se te ha ocurrido que es porque tienes un mostacho pintado?—Riley y Jason se sorprendieron por hablar al mismo tiempo, e incluso se miraron de forma extrañada

Demigod. El héroe perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora