Capítulo 4

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Pistas, pistas

Vale, vale, tenemos una foto de la escena del crimen (mentalmente)

Teníamos preguntas (demasiadas)

Pero también teníamos apoyo y mucho que resolver.

—Ivy ¿Estás segura de esto? Es decir, los oficiales de policía son los que deben ocuparse de todo este caso —el tono agudo de mi amiga indicaba que no le parecía la idea más grandiosa.

—Linda, ellos lo ven como un caso absurdo y la manera en la que nos interrogaron lo demuestra —culmino y mis manos se alejan de la tabla enorme que estaba frente a mí.

Habíamos colocado en la pizarra las posibles evidencias que teníamos a la mano. Fotos, fotos y más fotos enrolladas en un hilo rojo que guardaba solo para este momento.

—Ya está —mascullé entre dientes—, Tenemos imágenes de la escena del crimen, otra de esa mancha de sangre y...

—¿Por qué Jaden Wolf está en la pizarra?—Marco se acercó detenidamente para ver la foto.

—Tú quédate quieto que si te he traído ha sido porque mis padres me lo pidieron—reclama con el dedo acusador.

El castaño se gira para tumbarse a la cama nuevamente con aburrimiento.

—Pero es cierto ¿Qué hace el guapote ahí?

—Jaden —remarco la pronunciación de dicho nombre—, No lo sé, es sospechoso.

—¿Jaden? ¿bromeas?

—Piénsalo bien, justo el día en que muere un joven él aparece con sus hermanos ¿No es sospechoso?

—Creo más bien que estás entrando en paranoia —encoge sus hombros— Ivy, si quieres hablarle; hazlo, no tienes que buscar excusas.

Hago una mueca poco elaborada y regreso al tablero.

—Quizás sí deba llamarlo y averiguar un poco más sobre él, quizás sea buena idea acercarse.

—¿Le pedirás una cita?

—¿A él?—cuestiona Marco, pareciendo totalmente inseguro en esa decisión—, Que injusto, lo has visto dos veces y ya lo llamas.

—Tranquilos los dos, no será una cita, Linda, solo quiero indagar más sobre ellos. Quizás tengamos a un posible asesino.

—Creo que te confundes, ha sido un suicidio.

—Eso es lo que parece —llevo mi dedo a la imagen del centro—, Pero sé qué hay algo más, como la sangre detrás del cadáver, ¿Quien escribiría eso?

—Creo que le escuché decir a los oficiales que el chico se había cortado los tobillos y las muñecas y había escrito eso con su propia sangre.

Las miradas se van directamente a Marco.

—¿Ven? Ahora si soy útil.

—Bueno, aún no confío en lo que digan los oficiales.

—Ivy, es absurdo ir contra ellos, de hecho, es más peligroso que te metas en esos asuntos.

JADEN #03Donde viven las historias. Descúbrelo ahora