Que quede entre nosotros

01

"Oye, mocoso. ¿En dónde demonios te metiste?"

Yan Wushi ya ni siquiera podía descifrar cuánto tiempo lleva en ese bosque buscando a ese niño llorón. Un minuto más ahí y quemaría todo el bosque completo con tal de encontrarlo e irse de una buena vez. No era el jodido niñero de nadie, ¿Porqué estaba él en esta situación? Y por más que quisiera irse y abandonarlo, que ya lo hubiese hecho vamos, pero es que..

La verdad, no sé porque lo estaba haciendo.

Él solo estaba aburrido y decidió ir a pasear por ahí, y pues de encontró con el dichoso discípulo del Señor de pico Shen.

Que por cierto, ¿Porque llevaba el mismo apellido que Shen Qiao?

Un espantoso ruido hizo eco por todo el bosque, provocando que sus pensamientos se desvanecieran. Su ceño se frunció y avanzó a la dirección de ese sonido, esperando que fuera el mocoso del demonio, sin embargo para su desgracia solo era un enorme y viejo tronco que cayó. Rodó sus ojos e iba a darse la vuelta, pero al hacer eso sus ojos lograron ver algo que sobresalía de aquel tronco. Se fue acercando hasta quedar al lado del tronco, inclinándose para observar más de cerca, entonces una gran grieta estaba al costado del tronco, con los bordes bastantes afilados.

Claramente como la marca de una espada.

Gruñó ya bastante molesto y con la paciencia al límite, rápidamente se levantó y creó una gran bola llena de qi demoníaco lanzándola hacia atrás. Entonces pudo verlo. Luo Binghe recibió de lleno esa gran bola de energía directo en su estómago, e inmediatamente cayó al suelo, quejándose por el impacto.

Ya sabía que ese mocoso quería atacarlo por sus espaldas. Ahora la pregunta es, ¿Porqué?

Pregunta estúpida, básicamente no puede. Yan Wushi lo superaba por mucho, y aunque Luo Binghe no lo admitiera él sin embargo jamás lo atacaría con intenciones asesinas.

Yan Wushi se fue acercando hasta él, viéndolo aún quejarse del dolor. Su ceño se frunció aún más. ¿Tanto así le dolió? Ni siquiera fue el 10% de su poder. Y fue en ese instante cuando se percató de una cosa, algo que estaba disperso en el aire. Olfateó un poco prestando más atención está vez, y sus ojos se agrandaron. Joder, ya sabía que era. Sin inmutarse avanzó aún más hasta Luo Binghe, con sus manos cruzadas detrás de su espalda, lo vio desde arriba con una sonrisa burlona.

"¿En dónde te metiste, mhn? No te ves muy bien." Dijo, mientras hacía hincapié en la última oración. Dio la vuelta hasta que sus pies quedaron justo a un costado de la cabeza de Luo Binghe.

No hubo respuesta, incluso los quejidos se detuvieron. Sus oscuros cabellos tapaban sus ojos y solo podía verse la mitad de su cara. Yan Wushi bufó, él realmente quería burlarse del mocoso, pero no tenía ganas, ya tuvo bastante acción hace unas horas cuando se tuvo que enfrentar con un lobo monstruoso de tres cabezas que vagaba por ahí. No los atacó ni nada, solo no tenía nada que hacer y lo mato por diversión.

"Si no te levantas justo ahora me voy a ir, en casa tengo a dos gatitos esperando por mi." Bueno, no pudo resistirse. Una risa se escapó. Pero nuevamente recibió solo el golpe del silencio. Suspiró, preparando otra vez una bola de energía en la palma de su mano.

Si no se levanta con eso entonces realmente estaba muerto, o lo matará en breve, las dos son factibles.

Sin embargo, de un ágil movimiento Luo Binghe su puso de pie. Estaba de espaldas delante de Yan Wushi, y él solo podía pensar en que si este niño creció con problemas o porqué estaba actuando tan raro justo ahora.

O cierto, casi lo olvidaba. Medicina primaveral.

"Camina. Ya me cansé de fingir ser gentil contigo." Dijo, dándose la vuelta. Pero no pudo ni avanzar dos pasos cuando un fuerte agarre en su hombro le hizo girar. Luo Binghe lo tenía agarrado del brazo, con su cabeza gacha, y podía jurar que le salía humo por la boca.