Capítulo catorce: "Un perro llamado Galleta a los trece"

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— Sí, recién acabo de mudarme. Conseguí un nuevo puesto en una empresa, ¡Fue un verdadero milagro encontrarlo! Durante un tiempo insistí en la búsqueda de empleo.

— Es bueno saberlo, seguro te adaptas, la escuela de nuestros hijos es exactamente la misma, incluso vivimos en el mismo rumbo — Supervise que Azul entrara a la escuela. — Tienes un nuevo amigo.

— Agradezco tu amabilidad, ¡Me parece genial! Hay ciertas personas que no lo han sido.

— ¡No me digas! ¿Ya tuviste una mal impresión de alguien?

— Si, una chica algo gruñona.

— ¿Quien puede ser gruñona? Talvez era alguien mayor.

— No, era joven — Parecía recordar —. De hecho, era bastante atractiva aún para ser temprano, con el cabello esponjado y pijama.

— ¿Que tan mala pudo ser? — comencé a reír.

— Bueno, fue bastante seria, pienso que no le agrado del todo conocerme, solo pregunte por un auto — rodó los ojos —. Me presenté y ella me dijo que su nombre es... ¡Vaya! no lo recuerdo

El tipo era agradable ¿Que clase de chica linda no quería conversar con el?

— ¡Lo recuerdo ya! ________.

Oh...el tipo de chica como mi esposa.

— ¡Si! La chica en verdad es linda — El Asintió —. Pero si que es gruñona.

— Seguro que alguien hace falta en su vida, intentaré acercarme.

Claro, hazlo el día de jamás, alejate de mi esposa.

— ¡Inténtalo! La conquistaras.

Regrese a la empresa para la aburrida junta de cada mes, siendo sincero prefería ocuparme de los temas de la empresa en casa, estar en el lugar solía estresarme, constantemente bombardeaban con preguntas imposibles de contestar.

— ¡Basta! — trato de ocultar su risa —. Nos van a regañar.

— No exageres preciosa — seguí haciendo cosquillas —. Somos los dueños de este lugar.

— Tienes razón — Tomo con fuerza mis manos —. Así que por eso hay que comportarnos.

— Señor Schnapp — Llamaron mi atención y la de ______, sus mejillas se tornaron rojas —. Por favor, no se distraiga y mucho menos a la señorita Castillo.

— ¡Schnapp! — Corregí —. Señorita Schnapp.

— En fin, necesitamos que... — lo interrumpí.

— Nosotros necesitamos irnos, ¿Saben? Mi hija sale en unos 30 minutos de su escuela y se que se preocupara al no vernos.

— No pueden irse, están aquí de vez en cuando, mantienen su trabajo en casa — Omar parecía más preocupado que el resto de la junta directiva.

— Está vez no, iré yo, no te preocupes Noah — ________ se levantó de su asiento evitando una discusión entre Omar y yo —. Puedo ir yo, estoy segura que tomarás notas por mi.

— Tranquila, preciosa puedo acompañarte.

No planeaba quedarme aquí

— Te debo el favor — Dio unas palmadas a su hombro —. Te amo y te veo en casa.

Sin duda esto era una clase de guerra, talvez por haberla hecho cuidar de 5 niños. Solo bufé y dejé que ella se marchara, odiaba este tipo de juntas, solo jugaba con una pluma, siendo dueños podríamos elegir en qué momentos estar y en qué otros momentos no estar.

— ¡Noah! — llamaron mi atención —. Deberías prestar atención.

Asentí. No solo odiaba las juntas odiaba a Omar, un director de departamento con el ego suficientemente alto para tratar a los empleados a su gusto. ________ insistía en la idea de no poder echarlo sin excusa, mientras que...

— Opte por Sam, es un excelente candidato, sin duda nos ayudará a levantar el nivel de ventas en este lugar, me parece detestable que mi preciosa _______ diseñe increíbles colecciones que se limiten a un solo lugar.

¿Disculpa? ¿Mi preciosa ______?

— Si, MI esposa es preciosa, pero ¿De que hablas?

— Si, los niveles de ventas son buenas pero no lo suficiente, las telas y los costos de maquinaria e importación se elevan pero nuestras ventas no.

— No...— Omar me Interrumpio.

— ¡Me sorprende que seas presidente! — Coloco su mano en su frente con estrés —. Y dueño de este lugar — Se quejó en un susurro.

— Me sorprende mi buen corazón...digo, el de mi esposa, en serio hay suficientes motivos para que te vayas de aquí.

— En fin, debo explicarte; los costos de las telas ya superan los de maquinaria y ¡Adivina qué! Los de ventas son una vergüenza.

— Está es la razón por la que me case a escondidas, organizar una fiesta y presupuestar es extremadamente fastidiante — Abrí mis ojos de par en par, había revelado que me case con ______ a escondidas —. Es decir, a escondidas de todo medio de prensa.

— Eso explica porque no hay ni una sola foto — Omar se cruzó de brazos —. Creía que _______ estaba soltera, estaba dispuesto a....

Lo intereumpi.

— ¡Jamás igualaras lo de nosotros! — Me levanté —. Tonto, ¡Tuvimos un perro llamado Galleta a los trece!

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2022 ⏰

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