Capítulo 4

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Pov T/n:


Ambos nos miramos complacidos, era agradable que había al menos un chico en aquel lugar con dos dedos de frente, alguien con el que realmente pudiera hablar de una forma sincera. Terminó el recreo así que todos nos dirijimos a nuestros respectivos lugares para luego, empezar de nuevo con las clases. Miraba al maestro y en mi mente rondaba la pregunta: "¿Cómo es posible que este señor tenga tremenda cara de orto?" Me reí para mis adentros aunque lamentablemente el profesor me escuchó y se dirijió hacía a mí de manera amenazante:


Señor Phillips: -¿Algún chiste que quiera usted comentar en voz alta señorita T/N?- 


T/n: -No maestro, lamento mi audacia.- 


Después de un chasqueo con su lengua volvió con la clase, pude escuchar las sonoras risitas de mis compañeras al ver mi anterior regaño. No, definitivamente no dejaría que esto se quedara así, la maldita de Josie Pye y compañía no van a quedarse de rositas. ¿Estaba siendo demasiado ruín? Quien sabe, nunca hay que dejarse ensombrecer por el mal, esas chicas ahora mismo eran el demonio en persona, iba a ser mi propia heroína y darles su profundo merecido. 


Después de las clases tomé mis pertenencias para luego ir a la zona en la que dejábamos nuestros abrigos. El joven Blythe se volvió hacía mí ofreciéndome su brazo, el cual yo tomé con gusto y ambos nos fuimos caminando.


T/N: -Te lo digo enserio ¿Cómo puede tener esa cara de orto? No sé porque le gusta a Prissy, su nivel de belleza es igual al de un Pez Gota, además, su inteligencia deja mucho que desear, sin hablar de sus valores como persona."- Hice una mueca de asco mientras Gilbert me miraba risueño, dando sonoras carcajadas. En un día ya nos habíamos hecho tan amigos que dejabamos a un lado las normas del lenguaje de nuestra época, hablábamos con total libertad, cosa rara en una amistad de chico y chica (Para aquellos años).


Gilbert: -No seas tan mala T/n, seguro que el maestro tiene alguna capacidad atractiva- Ambos reímos un poco por el comentario. Gilbert me había contado de algunos episodios sufridos por culpa del profesor, era un ser bastante detestable. Llegamos cerca de la casa de los Barry y no pude evitar dar un suspiro al ver las enormes paredes que me aguardaban.


Gilbert: -¿Pasa algo?-


T/n: -La única alegría que hay dentro de esa casa son algunas sirvientas además de Diana y Minnie May. A pesar de tener esa enorme belleza por fuera, por dentro la belleza se reduce materialmente, el ambiente se siente tan pesado, tan lleno de normas, de elegancia que el mínimo intento de respirar se hace dificultoso. No me malinterpretes, la señora Barry como su esposo son muy complacientes pero, desearía vivir en un ambiente más libre.- Suspiré mientras seguía mirando aquellas paredes de ambiente frío.


Gilbert: -Bien, hermosa dama.- Me hablaba con un tono divertido mientras hacía su típico gesto con las cejas. -La invito a venir a mi casa a quedarse unos días, una invitación completamente de buena fé y libre de cortejo. ¿Le agradaría estar con este muchacho y su húmilde padre para librarse de las paredes que la sofocan?- Me reí dandole un golpecito en el hombro.


T/n: -Definitivamente amo esa idea mi apuesto joven, aunque: ¿Está usted seguro de que no quiere cortejarme?-


Gilbert: -Wow que atrevida se volvió señorita T/a Barry- 


Ambos reímos mientras nos íbamos hacía la enorme mansión para dar la noticia, ellos eran mis tutores legales, tenían que saber de cualquier cosa que me pasara.

Un nuevo amorío (Girlbert Blythe x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora