Por fin llegó el día que decidí terminar con mi dolor, el día que pensé que yo era más que una simple chica con el corazón roto, las muñecas llenas de cortadas y lágrimas en los ojos.
Llegué, y le dije a Abner con la frente en alto:
-No puedo más, te he aguantado demasiado, es mejor que terminemos, nunca me hablas, me ignoras de todas las maneras posibles, no puedo vivir así
-Está bien -dijo él con la mirada caída.
-Olvidando todo, ¿tu quieres terminar?
-Sí, yo también quiero terminar -dijo él mirándome a los ojos- ¿un abrazo?
-Claro. -dije con una sonrisa llena de odio y tristeza.