Nazarena apreto el móvil entre sus manos, agitada, Soltó un suspiro pues 5 de sus mejores amigas fueron secuestradas y creía que no faltaba mucho para que le sucediera lo mismo.
-¿Quién eres? - Preguntó por el móvil. Nadie respondió.-¡Mierda, has estado llamandome todo el puto rato!-Grito desesperada. Habia tenido diesiseis llamadas de ese número y no sabia quien era.
-Se donde estas.-Dijo aquella voz misteriosa. -Sal de la habitación y ve hacia la cocina.
-No lo haré - dijo nerviosa
-Nena, tienes tres minutos para salir de tu preciada habitación ¿Vale? O sino me tocara entrar para sacarte de ahí, a menos que quieras que ocupemos la cama.
-Vas a matarme.-Susurró nazarena apunto de derramar las primeras lágrimas de la noche.
-Sal de ahí.-Dijo serio, sin escrúpulos, como siempre.-Si no sales de ahí juro que mato una de las putas que me he traído! Perdón una de tus amigas.
Nazarena salió fugaz de la habitación. Casi corriendo, jadeante y con el panico en la garganta.
-Eso es... - susurró javier, por el teléfono. - Ahora ve hacia la cocina.
Y entonces una ligera idea se le ocurrio a nazarena. Colgó el móvil y salio corriendo con todas sus fuerzas hasta la puerta principal de la mansión de sus padres en las vegas, pero cuando intentó abrir la puerta... ya era demaciado tarde.
-Ah, ah - negó el- Te dije que fueras hacia la cocina . Nazarena sintió las manos de aquel hombre apretarle cintura, sintiendo el contacto de la piel contra la suya, tibia, temblorosa, suave, un desliz jodidamente provocador y sensual pero a la misma vez la sumia con salvajismo entre los brazos de el.
Javier le tapó los labios a la vez que obstaculizaba su respiración. Y antes que ella pudiera caer desmayada, javier susurro en su oido.- resultaste ser más guapa que las demás eso...-Delicadamente se hundio en el cabello de nazarena, su apetesible olor, la estaba dejando sin conciencia, y poco a poco se sentia dueño de ese cuerpo que ella manejaba.-me gusta.