Abrió una lata de monster y se la tomó completa para luego pisarla y tirarla al suelo. Sus músculos estaban tensos, en especial los bíceps, aun así estaba rico. Traía los pantalones a la cadera, algo que lo hacia sentir relajado, justo como necesitaba estar en ese momento, caminando de un lado para otro tomando la última lata de monster, hasta que porfin la puerta del sucio departamento, que había rentado por unas horas, sonó el timbre.
Nicolas, Jack, Mike y Bryan, entraron al departamento. Cada uno con un cazadora de cuero.(Imponiendo estilo)
-¿Donde están? - le preguntó Mike, a javier. Javier señaló la segunda puerta del pasillo de la habitación. Sin siquiera hablar. Los cuatro hombres que habian entrado caminaron hasta la habitación, en donde 5 mujeres se encontraban sentadas y amarradas.-vaya, vaya...- rió mike, al observar a las 5 mujeres en el suelo. Guapas, sensuales, jodidamente provocativas. Una de ellas sobre todo le llamo la atención. -¿ a cual me llevaré?- Preguntó riendo de nuevo, y un sollozo de las 5 se escucho fuertemente.- Shh..- dijo colocando su dedo índice sobre sus labios.
- Tú escoge.- le indicó Javier.
-La quiero a ella.- señaló con el dedo a una pelirroja, que sobre salía entre las cuatro. Todas empezaron a sollozar, completamente asustadas. Javier la ayudó a levantarse y se la entregó a mike.
- Yo quiero a ella...- dijo jack, señalando a la del pelo largo del medio. Javier hizo lo mismo, y se la entrego.
-Yo quiero a la última...- señaló bryan. Javier la ayudo a ponerse de pie, y se la entregó igualmente a bryan. Quedandose con solamente dos mujeres.
- Yo a ella.- sentenció nicolas, señalando con la punta del dedo índice a nazarena. Fijandose minuciosamente en el bonito escote que tenía en su blusa.
-No.- negó javier.- ella es mía.
- ¿Y desde cuando tú elijes?
-He hecho la mayor parte de esta puta misión. Lo justo sería que yo me la llevara.- le dijo javier. De alguna manera su sentencia tenía fundamentado, pues nazarena manejaba más cuentas bancarias que las demás.
-Ok, ok...- contestó Nicolas, fastidiado.- me llevo a la otra.
Y al cabo de dos minutos, cinco hombres tenian 5 mujeres junto a ellos. Cinco secuestradas. Con la intención de hacer que cada una de ellas, le roben a sus propias familias accediendo a las cuentas bancarias de estas. Cada hombre se iría con una de ellas a distintas partes del mundo. Para no ser encontrados jamás. Y volver con las manos llenas de dinero, con las secuestradas...muertas.
Javier cerró la puerta, su destino era España. Partiría de las vegas esa misma noche, antes de que se hiciera pública la desaparición de nazarena y empezaran las investigaciones. Se volteó, ahora se escuchaba tan solo el apacible silencio entre los dos. Sentia los ojos bonitos de nazarena sobre él, viendolo... viendolo todo el tiempo."¿Qué más quieres mirar nena?" Sonrió "Tal vez más abajo..."
-¿ Qué miras? - le preguntó. No obtendria respuesta, pues claro nazarena tenia la boca tapada. Se acercó a pasos lentos hacia ella. Pudo darse cuenta de lo asustada que estaba cuando sintio que empezo a temblar, cada vez que se le acercaba más y más. -¿Por qué el miedo? - le preguntó, y soltó el pañuelo que ataba sus labios. Nazarena soltó un respiro.
-¡Déjame salir de aquí imbé...
-Hey, hey...- posó sua manos sobre los labios de nazarena. Ella, al no poder defenderse solo se quedó callada. -no se insulta al jefe guapa...
-No me llames guapa.- le pidió ella. Enojada javier sonrió. "Bonito carácter.."
-¿Y Cómo te llamo? - aprovechó que aún se encontraba atada de manos y pies. -¿Fea?
-Van a encontrarme.- le dijo ella. Y eso pareció molestar a javier más de la cuenta, cambiandole radicalmente el ánimo.
-¿Te piensas que es facil muñeca?
-No me llames muñe...
-Te estoy hablando.- le dijo firme. Nazarena se quedo callada. - no lo es conmigo ¿Vale? Acostumbrate. Ningún estúpido policía va a encontrarte miestras estés conmigo. Estas con el mejor (Ego. ¿Donde?)- De pronto una leve oleada de deseo invadió a nazarena al escuchar esas palabras. Observó a javier, envalsada por esos enormes ojos marrones que recién empezo a ver. Caramelo, al igual que su cabello, una combinación perfecta con su piel. Unos bíceps ligeramente cubiertos por una capa de sudor. Unos labios rosados, deliciosos con solo verlos. - el mejor secueatrador de todos ¿me has oido?- la miró a los ojos.- y te irá mejor si no intentas nada nena, no querrás conocerme de verdad... - le advirtió. - alístate... - le dijo por última vez.- nos vamos a España.