Abrió los ojos lentamente, una silueta borrosa color amarillo se dibujaba frente a él.
—¿Kyo? —preguntó frotándose la cara.
—¿Cómo te sientes? —acarició su mejilla —¿Quieres que vayamos al hospital o algo?
Kyojuro había alcanzado a sostener a Giyū antes de que cayera inconsciente al suelo, lo llevó cargando hasta el sofá y buscó algo para echarle aire. Sabito se mantuvo un poco al margen, observando como el rubio atendía a su expareja.
—¿Qué pasó? —intentó levantarse, apoyado por su novio. No miró a su alrededor, intentaba volver en sí.
—Te desmayaste, pero parece que esta todo bien, no te golpeaste.
—Ah ya recuerdo, creo que vi...
Al incorporarse vio a Sabito sentado en el sillón de al lado, reconoció la bufanda que llevaba puesta al instante, estaba ahí, tan sereno y tranquilo como siempre, luego de tantos años.
—¿Te sientes mejor, Giyū? —preguntó el de cabello durazno.
Intentaba procesar todo lo que ocurría, pero no había tiempo para pensar las cosas.
—Perdón que te lo diga de esta forma, pero ¿Qué estás haciendo aquí? —su serenidad regresó, habló directo y claro.
—Volví a la ciudad y lo primero que quise hacer fue verte.
Kyojuro conocía a Sabito, habían estado un tiempo juntos en la universidad antes de que este decidiera irse a estudiar a otro país. No eran amigos como tal, puesto que el ahora exnovio se ponía celoso de ver a Giyū rodeado de más personas, en especial de él.
—Por suerte aquí tu... ¿Roommate? Me abrió la puerta, en realidad no llegué mucho antes que tú.
—Kyojuro es mi novio y vive aquí conmigo, él es una persona muy amable, supongo por eso te permitió pasar —se levantó tomado de la mano del mencionado.
El tono en su voz reflejaba un poco de molestia, sin embargo, su posición tan determinante se mantenía.
—No quiero ser grosero, pero hoy no tengo tiempo para atenderte.
—Entiendo —respondió mirando con seriedad a Kyojuro —siendo así pasaré otro día, no muy lejano ¿verdad? —sonrió.
—Te acompañamos a la puerta.
En cuanto Sabito se fue, una reacción de desconcierto se plantó en Giyū y no se iría de el en varios días. Kyojuro se mantuvo en silencio, no sabía que decir y la conversación que tuvieron fue incómoda para él, solo pasó por su mente abrazarlo.
—Lo siento Kyo —le miró preocupado —no sé que es lo que acaba de pasar.
—No te preocupes, entiendo —lo apretó con cuidado entre sus brazos mientras besaba su frente, logró percibir que estaba aguantando las ganas de llorar —si necesitas llorar puedes hacerlo, no te contengas.
Volvieron a la sala y Giyū liberó su llanto, estaba confundido respecto a la visita de Sabito y no tenía claro que fue aquello que había sentido, él había salido de su vida hace muchos años, persiguiendo el sueño de estudiar en una universidad extranjera.
Cuando estaban por terminar el primer año en la universidad, Sabito recibió la oportunidad de continuar sus estudios en Corea y sin dudarlo aceptó, no le importó su relación de años con Giyū ni todo lo que tendría que dejar en Japón. Una semana después de la invitación se fue sin más y tomando en cuenta la delicada situación de su entonces novio con el fallecimiento de su hermana, decidió no despedirse, pues verlo suplicando que se quedara era una pena más que quiso evitarle.
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Cursi
FanfictionKyōjurō, a punto de desistir para que Giyū note su presencia, le escribe una canción. Apoyado por sus amigos hará su último intento (inspirado en la canción Cursi de División Minúscula). Pero cuando todo parecía marchar a la perfección los fantasmas...