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La rapidez con la que el viernes llegó tenía nervioso a Yoongi, quien se encontraba moviendo sus dedos de una forma ruidosa sobre los documentos que se encontraban frente a él

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La rapidez con la que el viernes llegó tenía nervioso a Yoongi, quien se encontraba moviendo sus dedos de una forma ruidosa sobre los documentos que se encontraban frente a él. Si bien se encontraba a solo unos minutos de abandonar la sala de juntas, ya se había aburrido de escuchar las mismas palabras repetidas veces por parte del jefe del departamento de contabilidad.

—Llevo más de dos horas sentado sobre esta silla y lo único que escuchó salir de tu boca es lo mismo una y otra vez, ¿Por qué hacer tan prolongada esta reunión, Sung?—la voz de Yoongi demostraba que se encontraba fastidiado.—¿Estas intentando ganar tiempo? Mira, si el informe de los balances del mes aún no están listo, me lo hubiese dicho en lugar de encerrarnos aquí.—Min soltó un suspiro.—Quiero esos informes pasado mañana sobre mi escritorio después del almuerzo.

—Lo siento, señor Min.—dijo el hombre.

Yoongi solo asintió levemente antes de comenzar a levantarse y recoger sus cosas mientras que su secretaria hacía lo mismo. Mirando la hora en el reloj de pared se dio cuenta que faltaba casi una hora y media para su encuentro con Jungkook.

—¿Tengo algo más en mi agenda para el día de hoy?—le preguntó a su secretaria y esta le dio un vistazo a la iPad donde portaba la agenda digital de Yoongi para luego dar una respuesta negativa.—Bien, deja todo en orden antes de irte a casa.

Tras haber abandonado la empresa condujo hasta la que seguía siendo su casa. Sus planes eran darse un larga ducha, quitarse el molesto traje y luego vestirse con algo cómodo. Al llegar se encontró a su aún esposa y tras un breve saludo se encaminó hasta el baño. Si bien ellos habían acordado divorciarse por alguna razón en específico habían llegado al acuerdo de seguir siendo amigos. Y es que antes de ambos se convirtieran en novios eran muy buenos amigos, era por ello que ambos habían decidido no perder esa relación.

Con los minutos pasando con rapidez, Yoongi se duchó y vistió para luego hacer la típica maleta de todos los viernes por la noche.

—¿Vas a verlo?—preguntó Heeji.

—Si, necesito ser sincero con él.—respondió.—No se como lo vaya a tomar, pero estoy listo para las consecuencias.

La azabache soltó un pequeño suspiro antes de caminar hasta la extensa cama donde se sentó. Le dolía saber que el hombre que ella amaba se encontraba en un dilema amoroso por otro hombre. Y le dolía más saber que había sido ella la causante de que Yoongi estuviera en ese dilema porque hace solo dos días tuvo el valor de preguntar quien era él hombre que su esposo deseaba y para sorpresa de ella resultó ser el urólogo que ella misma había buscado.

Y es que Heeji jamás se imagino que alguien como Jungkook pudiese arrebatarle a su marido y menos que Yoongi hubiese aceptado tal relación con otro hombre. Pero la vida daba mil y un sorpresa.

 Pero la vida daba mil y un sorpresa

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The UrologistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora