Capítulo con contenido violento y grotesco; asesinatos, muertes, sangre y maltrato. Se recomienda discreción.
Mark, sin pensarlo demasiado, golpeó a Cooper con una silla, lo que dejó al castaño inconsciente. Rápidamente, el encapuchado tomó a Noah de la mano y salieron de la casa. El pelinegro estaba aterrado y no dejaba de temblar. Fue ahí cuando Mark lo soltó, como abandonándolo a su suerte. El chico lo buscó, pero no lo encontró y empezó a llorar. Entonces, de un momento a otro, la casa se llenó de policías. Se asustó muchísimo porque estaba solo, sin embargo, no le quedaba de otra, pues siempre había estado solo.
Dos hombres le hacían preguntas a Noah y este las respondía, aunque ya estaba agotado. Se preguntaba por qué Mark lo había dejado solo ahí y, simplemente, no encontró repuesta.
Era la medianoche y los oficiales dejaron que Noah volviera a casa. Extrañamente, sus padres se negaron a ir a la estación. Sin embargo, el niño les dijo a los policías que no importaba, pues siempre era así.
Al final, una patrulla dejó a Noah en su casa. Durante el camino el pobre niño no dejaba de pensar en Ámbar y en Cooper, quien fue llevado al hospital por el golpe que tenía en la cabeza. Él no conocía Cooper, o no hasta ese día al menos. Se sentía horrible porque tal vez pudo salvar a su amiga, pero él no podía recordar mucho de lo acontecido.
Cuando fue por agua, Noah se perdió; parecía como si se hubiese hundido en un profundo mar y hubiera olvidado todo, no obstante, no le declaró eso a la policía. ¿Qué opinarían si se lo dijera? Además, no era la primera vez que tenía lagunas mentales, amnesia, o cosas parecidas. Sin embargo, esta era la primera vez que, en sus desvaríos, alguien murió.
Incluso si se lo contara, todo terminaría mal para él; su madre se enojaría mucho con él y le haría daño, al igual que su padre. En esa casa, no había nadie que lo quisiera.
Al final, la tragedia se extendió; los padres de Noah enfurecieron y cambiaron al chico de escuela, se mudaron y le reclamaron a Noah.
—¡No puede ser, Noah!
—¡¿Qué pretendías, mocoso?! —le reclamó su madre, dándole una bofetada—. ¡Debí enviarte a un internado cuando tuve la oportunidad!
El joven se quedó callado porque si hacia el más mínimo quejido, los golpes serían peor. Además, su madre estaba fumando, era difícil lidiar con ella cuando fumaba; ese cigarro podría terminar haciendo horribles cicatrices en sus brazos si no tenía cuidado.
La policía se encargó de Cooper, mientras, seguían investigando el por qué tras el homicidio de Ámbar. Era una niña buena, tranquila y amigable, pero sufrió un horrible destino a manos de su propio hermano, quien, al poco tiempo, fue encontrado desmembrado en su celda. Entonces, los meses pasaron y la noticia dejó de ser llamativa, perdió toda fama y fue sepultada en el lúgubre cementerio del olvido. Y el pequeño Noah, ingresaba a un colegio desconocido, con gente desconocida, sin embargo, sabía y podía sentir a alguien que lo protegía todo el tiempo.
Podía verlo cuando salía de su casa, fuera de la casa e incluso podía sentirlo a lado suyo. Era increíble de cierto modo, aunque le daba algo de miedo. Tenía la leve sensación de conocer al encapuchado que le salvó la vida, bueno, sabía su nombre, no obstante, no lograba recordar cómo es que sabía eso. Era espantoso como olvidaba las cosas.
Por ejemplo, una noche, se despertó porque sentía dolor. Al observarse, estaba cubierto de tierra y sus pies estaban lastimados. Al parecer, había ido al patio y se hirió ahí, pero no recordaba nada. A la mañana siguiente, su madre lo golpeó por haberle destrozado las macetas del jardín. Desde entonces, se ata a la cama. Esto no tuvo gran impacto porque seguía despertándose con el cuerpo lastimado, lleno de tierra, o mojado. Una vez estaba cubierto de sangre que no era de él y, al salir esa mañana, se topó con el cadáver desmembrado de un pobre perro. Fue espantoso.
Noah se negaba a creer que él era la causa de todo, sin embargo, algo le decía que era su culpa. Se dañaba tanto a sí mismo que pensaba que era producto de su imaginación y solamente necesitaba un descanso, sin embargo, las cosas continuaron igual; él despertándose con heridas nuevas y el pijama sucio.
El peor caso fue cuando, al parecer, dormido o no, caminaba por el pasillo de la casa. Sacó un cuchillo de la cocina y volvió a su habitación. Lo sabía porque se despertó con el cuchillo a un lado. Su madre, al entrar para despertarlo, se espantó al ver el cuchillo en las manos de su hijo. Se lo arrebató jurando que Noah era una psicópata y lo encerró en su habitación sin comer durante tres días. Su padre, al enterarse, lo azotó duramente y lo dejó en su habitación, encerrado y todo lastimado.
Aquella vez, Noah realmente deseó morir. No por el constante dolor de sus heridas o el hambre que tenía, solo quería morir porque creía no ser alguien bueno. Aprendió a odiarse a causa de su "condición", sobre todo, si te golpean e insultan de tal manera con nada más que siete años. Noah podía jurar que nadie lo querría jamás, pues ni él podía quererse. Se aborrecía tanto y solamente esperaba el día en que llegue su final.
Hasta que empezó a notar a Mark. El chico que lovigilaba desde lejos. Fue aterrador al principio, pero después sintió que Markestaría para él porque empezó a salvarlo de diversas situaciones. Obviamente,ninguna tan espantosa como la de Cooper.
Entonces, un nuevo año empezó.
¡Ah! Solo queda una parte para finalizar esta antología. No sé qué sentir JAJAJAJA.
Dejen sus teorías y lindos comentarios.
¡Nos leemos pronto!
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✔ 𝑴𝒖𝒆𝒓𝒕𝒐𝒔 #1
TerrorTodos aquí tenemos miedo de lo que hay en nuestros interiores. Sin embargo, a la par de ese miedo, se esconde el placer y la felicidad de disfrutar y dejar salir lo que escondemos en nuestras entrañas, en nuestras mentes. ...