Capítulo 18

91 30 56
                                    

Damon

Después de haber tenido un día muy atareado y por fin haber cerrado uno de los negocios más importantes de la empresa con William Andersson pude darme un respiro, al principio cuando tome las riendas y me convertí en el jefe solo teníamos una constructora, entonces decidí que deberíamos de expandirnos, poco a poco nos fuimos incluyendo en otros campos tales como moda, cadenas hoteleras, centros comerciales, tours por el mundo, extracción de petróleo, televisoras joyería y otras cosas más, fue complicado poder avanzar con todo, sobre todo porque en la joyería al comprar los metales que se usarían no se obtenían las ganancias deseadas, y esque mi meta siempre ha sido que todas las personas puedan adquirir nuestros productos a un precio razonable, al no ver el resultado deseado en ese campo poco a poco nos fuimos haciendo también con campos de minería, de ese modo pudimos obtener más ganancias además de poder dar trabajo a familias necesitadas.

Odio decirlo pero Isabel Wilson siempre nos dió una buena educación y nos hizo ser personas sencillas que no se basaran en las apariencias de los demás o en sus posesiones, si no en su forma de ser contigo y si se acercaban a nosotros por el dinero o porque de verdad querían ser nuestros amigos, Sofía sufría un poco con ello porque la mayoría de sus amistades se acercaban solamente por su estatus, hasta que llegó esa chiquilla de ojos grises que me cautivó apenas conocerla, se hizo mejor amiga de mi hermana y comenzaba a ganarse también mi cariño pero su padre metió la pata y lo arruino todo, en el pasado le prometí que siempre estaría para ella así como ella estuvo para Sofía después de que nuestros padres murieron, ahora después de todo lo sucedido no creo poder cumplir esa promesa, y esque cómo pondría decirle que la quiero si en parte la estoy usando como pieza de ajedrez para llegar a su padre, lo sé soy un idiota pero en su momento creí que sería una buena opción.

Todo se ha complicado demasiado desde que vivimos juntos y es mi compañera de cama, me es muy difícil controlarme para no hacerla mía en cualquier instante, su cuerpo me llama y me incita a cumplir todos mis deseos con ella, incluso los más perversos y oscuros. Quizás si pudiera encontrar la forma de que ella no salga involucrada en todo este lío podríamos tener una oportunidad. Tan metido estaba en mis pensamientos que no escuché cuando Anna llamo a la puerta así que al no obtener respuesta por mi parte simplemente entró parándose frente a mi escritorio.

—Señor perdone la interrupción pero ha llegado un paquete para usted, no tiene remitente así que le pregunto ¿quiere abrirlo o deshacerse de él?— se veía algo nerviosa por haber irrumpido así en mi oficina, sin embargo yo soy el culpable por estar pensando cosas que no debería.

—Entregámelo por favor, y revisa mi agenda para ver si hay reuniones importantes, si no pasa todas mis citas al vicepresidente, es hora de que demuestre si es apto o no para ese puesto— la chica se acercó un poco más para entregarme el dichoso paquete y después de hacer anotaciones sobre lo que le dije me observó un poco mientras movía sus dedos sobre la agenda.

—¿Necesita algo más señor?—

—Es todo Anna puedes retirarte— dicho esto simplemente salió de mi oficina y yo comencé a leer la tarjeta del paquete y sonreí por ello, abrí el paquete encontrándome con un disfraz de hombre lobo aunque siendo honestos era bastante feo, moví la cabeza en señal de negación volviendo a guardar todo nuevamente —vaya si serás boba, has olvidado anotar la dirección— me levanté y después de tomar mis pertenencias salí de la oficina para dirigirme después al ascensor.

—Anna me retiro, comunica a toda la empresa que el negocio se ha cerrado con éxito y que pueden ir a festejar al club, la empresa paga todo su consumo— mi secretaria sonrió contenta por las buenas noticias ya que al cerrar ese tipo de negocios siempre se llevan un bono extra por su buen desempeño en cada área en la que laboran.

MI TIRANO FAVORITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora