𝙇𝙐𝙉𝙀𝙎 - 𝐌𝐀𝐑𝐈𝐏𝐎𝐒𝐀𝐒.

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𝐃𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚 𝐚𝐭𝐫𝐚𝐞 𝐚 𝐮𝐧 𝐚𝐧𝐢𝐦𝐚𝐥 𝐝𝐢𝐬𝐭𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐦𝐢𝐞𝐝𝐨 𝐨 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐚 𝐚𝐲𝐮𝐝𝐚.

𝘏𝘰𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰: мαяιρσѕαѕ
𝘎𝘶𝘴𝘵𝘢𝘣𝘰: zσяяσѕ

Gustabo estaba recuperando el control de su cuerpo.

Estaba mareado; desubicado.

A su al rededor solo veía a gente enmascarada con armas largas, y en sus manos un bate de béisbol.

¿Qué pasaba? Tenía lagunas.

Sabía que Pogo había estado al mando de su vida, que había entrado en una especie de organización de asesinos y que Horacio estaba en peligro.

Al mirar a su alrededor, vio un conjunto de mariposas intentando pasar una puerta.

Horacio atraía a las mariposas. ¿Sería que estaba ahí dentro?

Al abrir la puerta, efectivamente ahí estaba Horacio, con la nariz sangrando, con el cuerpo lleno de moratones y heridas.

– Más no... Por favor, Pogo... Más no... – susurró en un hilo de voz el de cresta mientras era rodeado por hermosas mariposas

– ¡Horacio! Soy yo, ¡soy Gustabo! – gritó sin hacer mucho ruido mientras se acercaba al mencionado – no sé muy bien qué es lo que pasa, pero te voy a sacar de aquí, ¿de acuerdo?

– Gustabo... –sonrió el menor – s..si...

– Gustabo ayudó a levantarse a su amigo, para después asomarse por la puerta y tras ver que no había nadie cerca salir corriendo.

Gustabo se encontraba haciéndose un torniquete en el brazo; al huir del lugar, como era de esperar no tardaron en darse cuenta y comenzar un tiroteo, del que pudieron huir, aunque con uno de ellos herido.

Estaban en las montañas, rodeados por zorros y mariposas; una combinación hermosa a sus ojos.

Horacio estaba llamando a Conway, intentando explicarle por encima la situación y pidiéndole ayuda.

No tardó mucho tiempo cuando el hombre llegó, viendo a los dos amigos, jugueteando con los zorros y las mariposas, ya calmados y tranquilos.

La escena, a sus ojos, era hermosa; su hijo, con su mejor amigo de la infancia tranquilo, a salvo y protegiendo a su prioridad.

Hacia tanto que no veía así a su hijo. O directamente a su hijo...

– ¡Gustabo! ¡Horacio! – Gritó el hombre – Ya estoy aquí

Los mencionados corrieron al mayor fundiéndose en un delicado abrazo, sintiendo paz total por ese instante.

ꍌ꒤ꇙ꓄ꋬꉔ꒐ꄲ ꅐꏂꏂꀘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora