Capítulo 5

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Despierto en la cama del hotel con una buena resaca y totalmente a solas. James no estaba cuando llegué esta mañana, y por lo visto sigue fuera. Me incorporo con dificultad a causa de los mareos, y en cuanto mis ojos se acostumbran a la luz, diviso junto a la puerta un papel con algo escrito. Termino de avivarme y bajo de la cama despacio para caminar hasta la puerta. Una vez allí me agacho con dificultad para hacerme con el papel, y tras frotarme los ojos intento leer lo que pone. Es de parte de Jeff, que quiere que comamos juntos Martina, él y yo en aproximadamente cuarenta y cinco minutos.

Telefoneo a James un par de veces para proponerle que se venga conmigo a la comida con mis antiguos amigos, pero a través de la línea solo se escucha el buzón de voz de este, así que acabo desistiendo.

Dejo que el jacuzzi se llene mientras decido la ropa que voy a ponerme, y tras darme un baño muy rápido para mi gusto, comienzo a prepararme. Tengo muchas ganas de pasar un rato con Jeff, pero sobre todo con Martina. Fue mi mejor y única amiga, y estoy segura de que me alegrará la estancia aquí. En el fondo me siento un poco mal por no haber mantenido el contacto con ella, pero tiene que entender que necesitaba olvidarme de este lugar y de todo lo que lo concernía para sobreponerme de mi corazón roto.

En cuanto me enfundo el pantalón rosa palo y me pongo la camisa de crochet blanca junto a los zapatos, les mando un mensaje a Matt y Kendra recomendándoles algunos sitios donde podrían comer. Tendrán que apañárselas sin mí durante unas horas, y rezo para que no se les ocurra hacer una locura como en la que me involucraron anoche.

Salgo del hotel y me subo al primer taxi que consigo parar. El restaurante que han elegido no está muy lejos, pero tardaré el doble si voy a pie, y ya voy con retraso. Le doy la dirección, la cual conoce de sobra, y me lleva allí en un abrir y cerrar de ojos.

-Gracias, y quédese con el cambio -le agradezco antes de abandonar el vehículo.

Admiro la fachada del restaurante unos segundos, y a continuación atravieso la puerta en busca de Martina y Jeff. Cuando éramos adolescentes aborrecíamos este tipo de sitios, y míranos ahora. Yo tengo la obligación de acudir a sitios así al menos tres veces a la semana desde que salgo con James, y probablemente ellos también deban hacerlo por la prosperidad del hotel.

Camino hasta el recepcionista encargado de las reservas, y tras preguntarle dónde está la mesa de los Fletcher, me la indica con una sonrisa en la boca. Camino despacio entre las mesas hasta que diviso a Martina a lo lejos, y algo en mí me hace correr hacia ella. Ella también se percata de mi presencia, y para recibirme se pone en pie y me envuelve con un abrazo. Jeff nos observa como si tuviera a un par de locas delante él, pero eso no es ninguna novedad.

-Siento llegar tarde -me disculpo una vez que recupero el aliento.

-No te preocupes, aún no estamos todos -anuncia Martina con cierta emoción.

-Me he encontrado a Darren esta mañana, y me pareció buena idea invitarle también a él para reunirnos los cuatro como en los viejos tiempos -confiesa dedicándome su mejor sonrisa-. Espero que no te importe.

Me siento en el lado opuesto de la mesa, junto a la silla vacía que ocupará Darren durante la comida, y una vez que digiero lo que va a pasar, dejo escapar el aire que contenía en los pulmones.

-Claro que no -miento conteniendo el gesto de desaprobación que comenzaba a formarse en mi cara.

Intuyo qué es lo que pretenden con esta maniobra, porque años atrás Darren y yo se la hicimos a ellos para que hablaran y llegaran a hacer las paces, pero en esta ocasión no va a dar resultado. No tengo nada que hablar con él, de hecho ni siquiera quiero hacerlo, así que solo le dirigiré la palabra cuando sea estrictamente necesario.

Katheryn (Saga Ellas. Volumen independiente 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora