I think i know he don't love me.

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- ¿De dónde vienes?- Le enfrento furiosa bajando las escaleras mientras cierro mi bata con nerviosismo.

Levanta su mirada y veo que su rostro no demuestra ni una pizca de sorpresa o arrepentimiento.

Termina de cerrar la puerta principal con llaves y las tira sobre la mesa, haciendo que el impacto haga un ruido insoportable que me hace enfadar aún más.

- ¿Así que no vas a hablarme?- Pregunto con cinismo una vez que llego frente a él. Lentamente se deshace de su chaqueta y la deja sobre el respaldo del gran sofá.

- ¿Qué mierda quieres te diga, Savannah? Tú lo sabes perfectamente. Sabes de dónde vengo, sabes a donde malditamente voy cada segundo del día.- Espeta con el ceño fruncido.

Su respuesta hace que el nudo de mi estómago se retuerza aún más, poniéndome más nerviosa y avergonzadome por mi actitud.

- Era un día muy importante para tu hija y no has estado ahí para ella.- Lo acuso, defendiendo mi actitud.- Te ha esperado hasta el último segundo.

- Bueno al menos hay alguien en esta casa que cree en mí. Me encargaré de hacerle saber que lo siento por la mañana, no te preocupes. - Puedo sentir sus ojos sobre mí cuando corro mi mirada, apretando mi mandíbula. -Ha sido un día demasiado estresante en la oficina hoy y no eres precisamente alguien a quién tenga que pedirle disculpas o darle explicaciones.- Sus palabras se clavan como un puñal en el medio de mi corazón y tengo que respirar profundamente para ser capaz de contestar.

- Soy tu maldita mujer.- Murmuro encabronada y dolida con mi voz ronca, sus pasos, los cuales se dirigían hacia las escaleras, se detienen.- No seré la única tal vez, pero si la primera y legal.- Mis ojos se cierran automáticamente al ver su mano levantarse con furia, escucho el fuerte impacto de un vidrio rompiéndose a centímetros mios. El cuadro de un retrato de él, nuestra bebé y yo, que se encontraba en la repisa al lado de la escalera, ahora está en el piso. Hecho trizas.

-¡Joder contigo!-Grita enfurecido, aprieto mis labios conteniendo un sollozo.- ¡Estás malditamente enferma!-Su voz grave y dura resuena entre el gran silencio de la casa.

Meto mis manos en los bolsillos de mi bata, los cuales se forman en puños por la tensión.

-Tú tienes la culpa.-Mi voz tiembla por un segundo, y él me mira negando con su cabeza.-Lo sabes. Tienes la jodida culpa de que lleve esta vida de mierda y desconfíe de tí todo el tiempo.

- ¿Vida de mierda?- Ríe con cinismo y abre sus brazos, señalando a su alrededor.-Te he dado todo esto y mucho más. No he parado ni un segundo de partirme el culo para que tú y nuestra hija tengan absolutamente todo lo que se les venga la gana, Savannah. Por amor a Dios, escucha lo jodida que suenas.

-¡No me trates como la jodida loca aquí!-Vocifero con lágrimas.-¡No me importa tu maldito dinero! ¡No lo quiero! ¡Deja de excusarte! Estás cogiendote a tu puta secretaria, ¡no me jodas!-Exploto de una vez, golpeando mi dedo índice en su pecho.

Me mira exasperado, y desordena su cabello con un mano para luego subir las escaleras sin decir ninguna palabra. 

- No vas a malditamente dejarme hablando sola, mierda.- Digo subiendo tras él a zancadas.

Se dirige a nuestra gran habitación a paso veloz y va decidido hasta el pequeño cuarto del closet con todas nuestras prendas. Sólo puedo oir su respiración densa y acelerada.

Me quedo paralizada en medio de la habitación viendo como con rapidez saca una de sus maletas y mete dentro mudas de ropa. Parpadeo unos segundos antes de que comiencen a caer un par de lágrimas, las cuales las limpio inmediatamente como el puño de mi bata.

ONE SHOTS - Zayn Malik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora