Jisung es omega, debería ser sumiso y servicial, siempre a la orden de los deseos de algún alfa pero es todo lo contrario, es contestador, rebelde y escurridizo con los alfas, ninguno ha podido domarlo, incluso tiende a ser bastante dominante y auto...
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—Escúchame bien idiota alfa, yo ya tengo a mi pareja destinada, lo amo y él me ama, ¿no ves mi marca?— mostró la zona donde relucía la marca de enlace— y no tan sólo eso, tenemos una bonita cachorrita símbolo de nuestro amor, así que no sigas molestando lobo pulgoso.
Jisung enojado giró sobre sus talones dispuesto a marcharse pero el alfa no tenía las mismas intenciones ni tampoco tenía pensado dejar ir a aquel bonito omega, lo tomó de la muñeca y lo giró para que quedará nuevamente cara a cara con él, Han no aguantó más, ¿era estúpido ese alfa o qué?, un rodillazo dio directo a la parte íntima del alfa, éste cayo al suelo sobando aquella zona y gruñendo de dolor, el omega sonrió triunfante.
—Ji-Jisung— MinHo paseó su mirada sorprendida del alfa en el suelo a su omega.
—Mi alfa— se acercó y rodeó el cuello de MinHo con sus brazos, le dio un corto beso sobre sus labios.
—Que... ¿Qué pasó acá?— cuestionó confundido por la escena que veía.
—Sólo un idiota alfa que no quería entender y yo lo puse en su lugar— sonrió simulando inocencia.
Jisung atrajó a MinHo por su cuello y unió sus labios, empezó un beso hambriento por los belfos contrarios, el alfa llevó sus manos a la espalda baja de Han y unió aún más sus cuerpos, correspondió gustoso aquel beso sin importarle el lugar donde estaban ni tampoco el alfa contrario que los observaba desde el suelo aún quejándose, el omega tenía ese poder sobre él, lo hacía perder la noción del tiempo y espacio entregándose por completo a los deseos de éste sin ponerse a pensar en nada más que su unión.
—Si te estaba molestando, se lo merece— susurró sobre los labios del omega y le dejó un corto beso— vamos.
MinHo entrelazó sus manos y se dirigió hacia una de las cajas para cancelar lo que llevaba en su canasta de compra y carrito, Jisung sonrió viendo a su alfa, lo amaba tanto. Su personalidad era fuerte porque odiaba que ellos debiesen someterse a un alfa, que tuviesen que ser sumisos y hacer prevalecer el bienestar o deseo de un alfa antes que el propio, que los vieran como inferiores, no, él era igual de valioso que un alfa, sus opiniones y decisiones debían ser respetadas, por eso no quería un alfa para sí, no quería entregarse a seres que no lo respetarían, eso hasta que encontró a MinHo, obviamente cayó rendido de forma inmediata por la belleza y aroma cautivador del alfa pero su lobo le exigía más que sólo una noche, le exigía entregarse en cuerpo y alma a aquel chico que conoció en el club y él no se negaría, tenía un presentimiento de que aquel alfa no era igual a todos y no se equivocó, su destinado era el mejor, lo trataba con cariño y cuidado, siempre respetaba su opinión, incluso le pedía y apoyaba sus decisiones, además de compartir su placentero fetiche.
Ellos se casaron unos meses después de formar su lazo, el omega presentaba síntomas constantes de que estaba embarazado, pidieron una hora al médico y sus sospechas fueron acertadas, Jisung estaba esperando un bebé, al principio les sorprendió pero era algo muy probable de suceder al tener sexo sin cuidarse y con un omega en celo, aunque la sorpresa no les quitaba la felicidad a ninguno. MinHo le pidió matrimonio dos días después de enterarse de aquella noticia, se encargó de hacerle saber a Jisung que no era sólo por el embarazo, que él lo amaba y quería compartir su vida con su hermoso omega, formar una bella familia con él, Jisung no se negó, amó cada palabra dicha por el alfa pero él no necesitaba que le asegurará nada, sabía que era MinHo con quién quería compartir su vida para siempre y desde entonces Jisung ha sabido que su omega no se equivocó al elegir a aquel alfa.
