Gustos - TanjiKana

Gustos

—A me mi gusta tu hermana.

Con total valentía Zenitsu declara eso.

Tanjiro lo mira fijamente.

Parpadea un par de veces, mira el suelo, luego alza su mano y la mira.

—Zenitsu.

—¿Si?

—Somos amigos ¿Verdad?

—Lo somos.

Él cierra sus ojos y suspira.

—Perdóname niñita.

—¿Perd-?

El puño de Tanjiro se estampa contra la cara de Zenitsu.

—¿¡T-, Tan-, Tanjiro!?

—Nezuko me ha dicho que hay alguien que la sigue siempre, no creí que fueses tú.

—¿¡El tema de gustos fue una trampa!?

—Ya pensaba yo que Tanjiro no era de hablar de esos temas.

Genya suspira y sacude su cabeza.

—Aoi.

Tanjiro, quien había agarrado a Zenitsu por el cuello, mira ahora a Inosuke.

—¿Aoi-san?

—Sí.

—Oh...

Todos quedan en silencio, incluso Zenitsu que momentos antes pedía piedad.

—¿Genya?

Zenitsu, con un hilo de sangre escurriendo por su nariz, pregunta al de cresta.

—Me gusta Kanata, la hija del director.

—Ge-

El trío se encontraba en su salón, pero en algún momento se abrió la puerta y alguien asomó su pequeña cabeza.

—¿Ah?

Todos miran a la puerta.

Una niña de ojos ciruelas y con la cara muy roja los miraba.

—Papá te llama, Genya-kun.

—...

Genya solo la mira incrédulo.

—Vaya, ve.

Tanjiro le sonríe a Genya.

El de pelo negro mira casi rogando hacia sus amigos.

—Esa es Kamaka ¿no? La que te gusta.

Un silencio sepulcral cae en la habitación tras el pequeño recordatorio de Inosuke.

Kanata se da la vuelta y empieza a correr.

—¡Kanata!

Genya emprende su persecución.

Tras la salida de el pelinegro todos se miran en silencio.

Tanjiro se quita de sobre Zenitsu y frunce el ceño.

—Creo que... la cagamos.

Zenitsu se pone de pie mientras habla.

—Debemos hacer algo.

—¿Por qué?

Inosuke solo miraba extrañado a sus amigos.

—Eso que hiciste estuvo mal.

—Muy mal.

Siendo regañado, el Hashibirus promedio se pone agresivo.

—¡Qué se yo!