El reencuentro

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1989, 21 años

-Hola, ¿cuál es su orden?

Dijo ella sin levantar la vista de su block de notas. Él sintió cómo se le cayó la mandíbula y se quedó sin palabras. 

En ese momento deseó estar menos sorprendido y ser capaz de mirar a sus amigos, para ver la reacción ante la vista de la amiga que lleva desaparecida tres largos años y de la que estaban a punto de comentar cómo harían para encontrarla.

Rachel tiene unos ojos cafes chocolate y una piel que a Jake le recuerda al azúcar mascabado. 

El cabello es de un marrón suave casi amarillo, lo lleva tan corto que apenas se agarra en su cola de caballo, él nota esas ojeras y palidez que estaban ausentes cuando la conocia y lo desconciertan sus labios acorazanados, normalmente de un rojo natural, ahora estan apretados en una línea y se ven rosa claro.

 Va vestida con un uniforme de mesera percudido, él decide que si nadie romperá el silencio lo hará él. Se toma dos minutos más para recomponerse, encontrar la voz y decir:

-¿Rachel?

Ella levanta la mirada y los mira de forma rápida a cada uno y abre la boca; inmediatamente después la cierra como si quisiera decir algo. 

Él se dispone a volver a hablar cuando ella comenta:

- Miren qué alegría verlos, pero ahora mismo estoy trabajando cualquier cosa no relacionada con lo que van a pedir guardenselo, así que: ¿cuál es su orden?

-Una Rachel por favor de preferencia con explicaciones.

Dice Michael. 

Ella lo mirá con esas miradas que él nunca creyó que podría llegar a extrañar, esas que te hacen desear tirarte por la ventana, de esas que lo hacían sonrojarse, él suspira recordando esos tiempos y Jake decide intervenir.

-Tres cafés y una orden de papas para compartir, si no es mucha molestia señorita.

Él le sonríe y espera algo de vuelta pero ese algo no llega. Ella se va arrastrando los pies a atender a otras mesas de ese restaurante cutre y sombrío.

-¿Por qué tenías que abrir tu bocota? Lo estaba manejando bien ahora de seguro ya no nos atenderá.

-No seas exagerado y para tu información Michael, era obvio que no va abrirse mientras trabaja. Mira, este es el plan: terminamos de comer, la esperamos hasta que salga, la llevamos a su casa, recuerda no tenemos clases en la mañana.

-De todas formas...

-¿¡ESA ERA...?!

Jake le tapó la boca antes de que siguiera gritando, al parecer el shock tenía efecto retardado en Lucas, cómo en todo en él pensó.

-Shhhh, sí, sí, sí era Rach.

-Todavía no me lo creo, entonces ¿cuál es el plan?

-Tierra a Lucas, ¿no escuchaste lo que acabamos de decir o qué?

-Vamos a esperar a que salga de turno después de acabarnos esto, la interceptamos y la llevamos a su casa.

- Está bien.

Dijo Lucas. Después de esperar un rato en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos, otra mesera llegó y les dio su orden tal como Michael habia previsto.

 ...

Ya llevaban dos horas en las frías calles nocturnas de ese barrio en Brooklyn, en la parte trasera del coche enfrente del restaurante Michael ya se había quedado dormido. Lucas a su lado estaba cabeceando, Jake era el único despierto. 

No me lo recuerdesWhere stories live. Discover now