Una Cama

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GuanShan cerro la libreta y miro a su alrededor, HeTian seguía sin aparecer, las imágenes y la frase que acaba de leer aparecían y desaparecían frente a sus ojos, eso de seguro era un estrago de los golpes que había recibido, debía tener alguna contusión leve, dejo los papeles de nuevo en la bolsa negra de Hetian.

-¡idiota a donde irías!- se dijo mientras se convencía a si mismo que Hetian era un adolescente con muchas emociones en su interior, justo como el, que le agradaba dibujar y escribir poemas de la vida cotidiana; se acercó a la ventana y miro las luces nocturnas un sentimiento de inseguridad le apretó el alma.

-Todo va a estar bien- se recordó así mismo, Hetian lo protegería nada le pasaría mientras estuviera con él en su casa semivacía. Pero y si de verdad se iba. Sacudió la cabeza y se mareo. Comenzaba a sentir los estragos de las últimas horas de su vida, la adrenalina se estaba yendo dejándolo cansado.

Se recostó sobre la cama, las sabanas eran suaves y olían a suavizante caro, fresco y a la loción de Hetian. Era como estar cerca de él, era como abrazarlo. En las tontas películas americanas siempre veía que la chica dormía sobre el pecho del héroe para darle un emotivo momento de calma y felicidad a las historias.

-Son los golpes- murmuró mientras pensaba en recostarse sobre el pecho de Hetian, acomodo la gran almohada y se recostó sobre ella abrazándola y en segundos se quedó completamente dormido. Confiando en su entorno, confiando en Hetian.


Hetian miraba en silencio como el frágil y hermoso cuerpo de MoGuanShan descansaba sobre su cama; en otras circunstancias hubiera tachado de su lista la opción de “ver dormir en mi cama a Mo” ya que esta no era la forma de verlo. El chico pelirrojo suspiro en sus sueños y se acomodó la playera blanca se levantó un poco y pudo ver las vendas en el costado del tórax de Mo, apretó las manos en puños, pero no se movió más. Siguió con su actividad acosadora, mirando cada centímetro de la cara de Mo, sus brazos delgados pero fuertes, sus largas piernas, sus adorables pies y sobre todo su cuello que ahora iba envuelto en una venda.

El hecho de pensar que Sheli había marcado eso hermoso cuello hacia que su sangre hirviera. Quería salir y cobrar venganza, pero lo primero era la salud de Mo. Otro pensamiento asalto su mente: si Sheli hizo aquello aún con Hetian en la misma ciudad que haría si se iba… Un sentimiento de pesadez inundo su alma…

RING RING RING

Miro su teléfono era una llamada de Jianyi…

¿Y después...? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora