Abrazo.

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Diciembre, era otra fecha que amaba Meritamon, en Japón solía salir con sus amigas Leah y Hikari al centro comercial, pues en el había una pista de hielo, ahora aquí en París podía ir a la pista de Philippe.

Sin embargo este año era distinto, no sólo por que era una portadora, el rubio Agreste estaba tras ella... Si no que a la ecuación se había unido un castaño algo...peculiar.

—Meritamon, cariño ya te dije no intentes lo que tu mente retorcida este maquinando, no quiero ser brusco contigo darling— la había dicho cierto castaño de lentes a la joven azabache intenso, quien sólo había inflado las mejillas en señal de molestia, era la tercera vez en ese día que intentaba darle un abrazo, el cual jamás lograba culminar, ya que al sentirla cerca alejaba su cuerpo del de ella.

—Pe-pero Al, solo es un abrazo invernal, ¿no quieres recibir uno de tu hermosa rosa negra?— había dicho de forma tierna, esto sin duda sonrojo levemente al castaño, sin embargo no daría su brazo a torcer fácilmente.

—¿De verdad eres mi rosa?, si es así quiero una prueba— respondió y sonrió de forma burlona.

—¿Qué tipo de prueba?— pregunto de forma recelosa.

Ante esto el castaño sonrió de forma perversa, haciendo tragar duro a la joven.

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Lunes el primer día del tortuoso colegio, para Meritamon tenía doble tortura, pues había sido el día que había elegido cierto castaño para que ella demostrará ser por completo su rosa negra del Mediterráneo, sin duda ese joven estaba loco... Pero así lo quería ella.

—Chicos ¿les parece si vamos hoy a buscar a André el heladero?, hoy el clima no está tan frío, comamos un helado, ¿les parece?— preguntó Alya algo entusiasmada.

—Es una gran idea, ¿verdad Merit?— pregunto un sonriente Adrien, a lo que Meritamon sonrió de forma nerviosa.

—Cla-claro... Je— respondió y miró de reojo una sombra que se reía de forma maliciosa— Estoy frita...— susurro y suspiro.

El timbre del colegio sonó dando a entender que las clases habían finalizado, Alya y compañía salían del aula e iban bajando las escaleras cuando vieron a varias jóvenes susurrando en voz alta, todas decían lo mismo, el joven que estaba fuera era todo un galán.

Lo dicho por las jóvenes les causó curiosidad a todos, incluyendo a cierta azabache intenso.
Pero después toda esa curiosidad se esfumó cuando escuchó decir.

—Mi bella dama la estaba esperando, ¿nos vamos?— exclamó alguien en el umbral del colegio, esto hizo que Meritamon se, pudo sentir las miradas de sus compañeros y amigos los cuales estaban confundidos por la reacción de Merit.

Después de eso se le vio caminar a aquel sujeto hasta llegar al patio principal del colegio, donde ya se encontraba Meritamon y compañía, sin duda para el rubio era una sorpresa ver a ese castaño, que se le hacía tan familiar pero, ¿de dónde?

—E-es posible que podamos ir con mis amigos por un helado, prometo que no tardaremos— respondió la joven, ante esto Alastor poso una de sus manos en su barbilla como si realmente estuviera pensando, mientras podía sentir las miradas ahora de odio de la anteriores jóvenes.

—Darling, quedamos en algo— le recordó.

—Por fiiiiis, siiii anda anda anda, Mon coeur— dijo de forma tierna.

—Media hora no más...— advirtió el castaño.

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Saliendo del colegio comenzó la búsqueda de André por todo París, sin duda la forma más divertida de pasar el tiempo con tus amigos. Meritamon reía y sonreía de forma cálida, hacia tiempo que no era una chica de cierta forma normal y que Alastor estuviera así era algo que la hacía sentir bien.

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