Felices por siempre...

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Ariana avanzó en medio del pequeño grupo de personas, que se iban poniendo de pie a su paso, del brazo de su padre. Unas veinte personas, sus amigos más allegados y familiares más cercanos y, por supuesto, la madre adoptiva de Jason, junto a sus hermanos, conformaban los invitados. Decoraron el patio con flores blancas y colocaron las mesas. Era toda la decoración que necesitaba, no quería una boda pomposa ni anuncios en todos los periódicos, solo quería ser feliz.

Hubiera querido ponerse nerviosa o tener dudas, como todas las novias, pero había dentro de ella una certeza inquebrantable de la cual ella no conocía el origen. Era como si un sentimiento que hubiera sobrevivido a los siglos hubiera nacido dentro de ella para indicarle el camino y obedeció a ese sentimiento con los ojos cerrados y se entregó a lo que, sin lugar a dudas, era lo que el universo tenía para ella.

La espera le parecía infinita mientras ella caminaba del brazo de su padre hacia el altar. Junto a él, Adrian le susurraba: "Tranquilízate", él hubiera querido decirle: "Tranquilízate tú, imbécil", pero no podía hablarle así al padrino. Recorrió con la vista a los invitados para tranquilizarse, pero la amplia sonrisa de su madre no hizo más que empeorar sus nervios.

Mientras veía la figura esbelta y pequeña, pensó en la fuerza interior de aquella criatura y la forma como, a pesar del miedo, ella siempre mantenía sus pasos hacia adelante. La admiraba por esa fuerza, por su alegría y por la forma de ser ella misma sin importar que todo se derrumbara a su alrededor.

Al fin, Ariana llegó hasta él. Su padre la besó en la mejilla y luego la entregó a su esposo.

Mientras se tomaban de las manos, se miraron con infinita ternura. A Ariana no le importaba estar usando aquel vestido de diseño sobrio, blanco, por supuesto, pero era uno muy sencillo, pegado a su cuerpo, de un largo moderado hasta las rodillas y sandalias plateadas. Lo único que importaba era que estaba uniendo su vida al único hombre al que había amado toda su vida.

Él apenas fue consciente de las palabras del ministro, hasta que les dio la señal para tomar las sortijas.

Él apenas fue consciente de las palabras del ministro, hasta que les dio la señal para tomar las sortijas

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Horas más tarde llegaron a la cabaña junto al lago. Se bajaron del auto y caminaron hacia la entrada tomados de la mano. Ariana llevaba en la otra mano sus incómodas sandalias.

—¿No te parece que "Hasta que la muerte nos separe" es un pensamiento muy deprimente para una boda?

—De alguna manera, debe haber una promesa implícita en eso, nadie está seguro de todas formas. Si hay algo después de eso, te aseguro que nos volveremos a encontrar.

—¿Por qué estás tan seguro?

Él se rió y la levantó en brazos mientras ella soltaba las sandalias y se aferraba a su cuello.

—Estoy seguro esposa mía, porque el amor está más allá de toda lógica, del tiempo y la muerte.

Empujó la puerta y la depositó en el mismo sofá grande donde hicieron el amor por primera vez.

—¿Tú me lo aseguras?

—¡Por supuesto!

—Entonces, ¿Seremos felices por siempre?

—Por siempre, mi lady.

—Demuéstralo.

—Con mucho gusto —respondió y la besó mientras buscaba el cierre de su vestido.

—Con mucho gusto —respondió y la besó mientras buscaba el cierre de su vestido

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Más Allá del Tiempo [TRONDHEIMERS EXTRA #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora