[...]Sasuke descansaba en el mueble, había llegado temprano y no encontró a su esposa, imagino que seguía en el hospital trabajando como de costumbre. Tampoco había rastro de su hija, supuso que se encontraba de misión.
Sé removió en el mueble quedando boca arriba, hasta que poco a poco empezó a caer en los brazos de morfeo.
Después de un largo viaje era evidente de que estuviera cansado, y que su familia no estuviera en casa le dio la oportunidad para reponer energías para cuando las viera podría estar con ellas al 100 %.
-Papá.
En lo lejano escuchaba como alguien lo llamaba, no puso importancia y se giro hacia un lado encogiendose.
-¡PAPÁ!!
Sé levantó de un salto poniéndose en alerta. Soltó una boconada de aire al ver la causante de su sobresalto.
Era su pequeño cacahuate.-Sarada. -Se inclino hacia ella con una leve sonrisa.
-¡Bienvenido a casa papá! -con una dulce mirada le dedicó la bienvenida, haciendo que el frío corazón de Sasuke se derritiera.
-Gracias Sarada. -Sonrió de manera única.
La pequeña observó el rostro cansado de su padre, pensó qué su estado se debía a su largo viaje.
-Papá no deberías dormir así, hará que te lastimes la espalda. Ve a dormir a la habitación y yo te despertare en la hora de cenar.
-Esta bien.
[....]
Sasuke abrió los ojos, parpadeo un par de veces hasta acostumbrarse a la oscuridad. Miró hacía las ventanas las cuales tenían las cortinas bajadas, supuso que su hija las había bajado para que descansara mejor.
Sé levantó sintiéndose con mucha energía, había válido la pena descansar un poco. Camino hacia el baño y se pego una ducha, extrañaba la comodidad de su nueva casa- cortesía de su esposa por haber dañado su antiguo hogar -, aunque de cierta manera era un nuevo inicio, un lugar nuevo un nuevo comienzo.
Hace unos meses atrás por fin había comenzado una relación más estable con su hija, de cierta forma eso hacía que marcharse fuera más duro para él.
Seco su cabello con una toalla, dándose algunas frotadas toscas.
Cuando ya estuvo listo salió de la habitación, sus fosas nasales se inundaron del esquísito olor a su plato favorito.Sé asomo en la cocina teniendo una vista perfecta. Su esposa cocinaba mientras reía escuchando a su hija, quien le contaba algo muy animada provocando las carcajadas de Sakura.
Sarada giro su mirada hacia su padre y le sonrió.
-Papá ya te levántaste.
Sakura giro su rostro hacia su esposo y le dedico una mirada dulce.
-Anata, bienvenido a casa.
Tuvieron una estupenda cena en familia, donde hablaron de cómo les había ido durante las semanas que no se habían visto.
-Ahh~ iré a dormir. Mañana tengo entrenamiento con el equipó, debo ser la más puntual. -Sarada se levanto de la mesa.