Capitulo 9

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Ya en el carruaje camino hacia la capital Cale aprecio el silencio, en su regazo había dos gatos que dormían con el suave balanceo del carruaje. La misma Cale acababa de despertar de su siesta

Los últimos días mientras preparaban todo para el viaje he sido agotadores. La condesa la había hecho practicar todos sus modales, prácticamente forzándola a repasar años de clases en dos días. Cale se preguntó si tenía que ver con el día que llegó mojada a la mansión; todavía no sabía si era por mojarse o porque nadie en la mansión sabía que había salido y por lo tanto provocó pequeños infartos cuando los caballeros anunciaron su llegada y pidieron un médico.

Cale no quiso volver a pensar en ninguna de esas lecciones. Y entre menos se diga entre el entrenamiento de corset, mejor (al parecer, atarlo solo para que esté allí no era suficiente para ver a la familia real. Cale se preguntó si había una forma en la que podía derribar esa norma, luego decidió que igual no iba a verlos de nuevo, por lo que bien podía ignorarlo). La condesa había sido quien organizó todo, su guardarropa (aunque pidió la opinión de Cale al final a ella no le importaba demasiado, sólo pido que pudiera usar ropa cómoda cuando no estaba en la capital), el carruaje que estarían utilizando (equipado con todas las comodidades, la condesa y el conde se negaba a que tuviera algo menor que lo mejor, era la niña de los ojos de Deruth y siempre lo mostrarían; si tenían que poner joyas en la puerta para eso, bueno,

Choi Han también tuvo que pasar por un entrenamiento, cuando le comentó a Hans su deseo de proteger a Cale (insinuando sin querer convertirse en su caballero personal, no es que estaba en desacuerdo), el mayordomo lo había llevado al conde. Algunos dirían que era exagerado hacer que Choi Han se enfrente a todos los caballeros del condado, Deruth y Ron dirían que era lo menor que se esperaba del caballero de la primogénita de la familia Henituse.

Ambos se molestaron cuando ganó, pero Deruth le quedaron, diciendo que mientras Cale lo quisiera podía quedarse cerca. Entonces la condesa lo obligó a pasar por clases de conducta, para que estaba a la altura de un caballero, por supuesto también lo hizo acompañar a Cale en las de ella, un recordatorio silencioso que él no se había ganado el derecho a ser nada más que un caballero para Cale.

Choi Han no tuvo problema con eso, así que cuando no acompañaba a Cale-nim o estaba en sus propias clases, Choi Han pasado su tiempo entrenando, divirtiéndose con los soldados que pedían combate y con los gatos que de vez en cuando salían del regazo de Cale-nim para pedir comida o jugar con el.

Cale estaba agradecida por lo calmado del viaje, al principio se parapado con unos bandidos, que eran menos que el calentamiento para Choi Han, por lo que no hubo mucho problema. Pero el resto de su viaje la había pasado en silencio, adormecida por el balanceo del carruaje y la agradable sensación del pelaje de On y Hong.

Que día tan agradable, decidió Cale, incluso si vamos a salvar a un dragón era un viaje muy tranquilo.

Los caballeros y sirvientes alrededor vieron a su melancólica y pálida señorita, ahora que la joven heredera había dejado su agresividad por un ambiente calmado la mayoría había logrado notar lo... delicada que era.

Aunque muy saludable, su piel ya pálida parecía papel por la conmoción de ver la muerte de los bandidos, sus ojos estaban nublados y sus movimientos eran lentos. Ron había rodeado los delgados hombros con una manta de lana haciéndole ver pequeña, en sus brazos los gatos parecían consolarla mientras acariciaban sus cabezas contra la puntiaguda barbilla. La joven señorita respondió dándoles una pequeña sonrisa a los gatos. Un joven caballero no pudo evitar compararla con esas hermosas pero enfermas protagonistas.

Choi Han el trabajo, Cale-nim no tenía un caminar particularmente elegante o encantador, sin embargo, Choi Han creía que era agradable la forma en que siempre parecía tan calmada sin importar la situación, como si fuera una roca contra las olas, no importaba que pasara a su alrededor, ella seguía firme. Vio ese mismo caminar que consideraba tan agradable un poco más lento de lo habitual y no pudo evitar maldecir; a la próxima alejaría a los bandidos de Cale-nim antes de cualquier cosa. La usualmente entusiasta de la comida Cale-nim miraba fijamente el plato de carne de conejo que le había llevado a Ron.

The history of one (1) girl and her lovely and dumb found familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora