Capitulo 17

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Venion Stan no era una persona particularmente paciente, era obvio para cualquiera que lo viera y lo conociera un poco.

Entonces, cuando decidió que quería poseer a la mayor de las Henituse ya había formado varios planes para tenerla cuando se subió a su carruaje.

Desde secuestrarla a conquistarla, desde proponerle matrimonio a hacer que uno de sus hombres la enamorara y la trajera a él.

Esas y más opciones pasaron por su cabeza y ayudaron a hacer que una maravillosa noche con el dragón fuera aún más maravillosa.

Por supuesto, entonces fue cuando la rata alada decidió escaparse de sus incompetentes subordinados.

Pero Venion en toda su furia por perder un entretenimiento para comer favorito encontró una similitud sorprendente entre su antiguo pasatiempo y el nuevo.

Los ojos.

Oh, Venion sabía que eran fundamentalmente diferentes, mientras que unos eran humanos, los otros reptiles, unos miel y otros azules.

¿Pero dentro? ¿Lo que mostraban esos ojos?

Eso era igual.

La forma en que lo miraban con cautela pero no con temor, un sutil desprecio pero sus defensas altas.

El acero que ninguna suavidad falsa lograra ocultar porque lo que lo causa (la única razón, el principio y el final de ojos duros como diamante) es Venion, y hasta que él se fuera siempre esta ahí.

Curioso, ninguno de los dos le temía, pero ambos lo veían como una amenaza.

Como si ambos supieran que aunque él decidiera atacarlos había una forma de defenderse, por pequeña que sea.

A Venion le gustaba bastante, siempre había estado apegado a los metales, joyas frías ya las personas que lo miraban de esa forma pero seguían debajo de él. Por eso le gustaba tanto el dragón.

Por eso le gusta Cale Henituse.

Pero por esa misma razón el obtenerla sería un proceso largo.

La familia Henituse nunca ocultó que ella era su tesoro más resguardado, el huevo más delicado del nido, por así decirlo.

Así que la única forma en que se volvería suya es con el permiso de esa familia, la otra opción sería una guerra de resistencia donde el marquesado saldría ganador pero con grandes pérdidas.

Estaba bien, aunque no sería su opción número 1 o incluso la número 10, al menos la chica traería con ella el condado Henituse, una fuente constante de dinero que podría ser aprovechado por su lado.

Asi que Venion ordenó a un lacayo que pasaba que escribiera una carta formal de cortejo y la enviará al condado Henituse.

Venion entonces continuó con su trabajo, moviendo esclavos y comprando baratijas para vender como tesoros.

No volvió a pensar en esa carta, seguro de su aceptación.

En el territorio Henituse, costó que la condesa Violan, Basen, Lily y numerosos sirvientes para detener al conde que se había levantado dispuesto a declarar la guerra al territorio del marqués Stan.

El sirviente personal del conde suspiro mientras empezaba a redactar la carta de rechazo, incluso cuando estaba lejos de la señorita se las arreglaba para causar caos en la mansión.

El sirviente quemó con sutil desprecio la carta de cortejo extremadamente arrogante, de todas formas, había poco que ganar y mucho que perder asociándose a una familia como la Stan.

The history of one (1) girl and her lovely and dumb found familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora