Malditas mentiras

Capitulo 3 - Problemas

Marsh POV

No quería despertarla; se veía tan bella y delicada durmiendo... su presencia ejercía un magnetismo enigmático sobre mí. Me sorprendía sentir estas emociones hacia ella; nunca imaginé enamorarme así. No podía creer lo rápido que había olvidado a Alex, y ahora me encontraba totalmente cautivado por Joanna.

Su sueño tranquilo y suave respiración me hacían sentir una extraña cercanía. No sabía si estaba enamorado de ella o simplemente me atraía su presencia de una forma especial. Sentía una mezcla de sensaciones que me intrigaban y me inquietaban a la vez.

En el teléfono:

Marcelo: Hola Sra Bella? Buenas noches! Annabella: Hola Marcelo tiempo sin escuchar tu voz, quisiera preguntarte algo, sabes si Joanna esta con alguna amiga?

La sorpresa y el miedo me invadieron al contestar el teléfono en el jardín y escuchar la voz de Annabella, la madre de Joanna. ¡No podía creerlo! Era su madre, y aquí estaba yo, compartiendo este momento tan íntimo y enigmático con su hija. Debía mantenerlo en secreto a toda costa.

Marcelo: No señora Bass, pero si me dijo algo como que iría a la casa de una amiga, pero no me dijo con quién... pero seguro está con mi hermana. Marcelina y sus amigas....

Traté de calmar mi mente y pensar rápidamente en una excusa creíble. No podía revelar que Joanna estaba aquí conmigo. Sería un desastre. "Marcelo, piensa, piensa...", me repetía en silencio. Finalmente, encontré una respuesta que podría funcionar, aunque mentir no era algo que me gustara hacer.

Annabella: Bueno, gracias Marcelo. Me da tranquilidad que esta a salvo... se fue muy rápido y temía que le pasara algo con el auto. Disculpa la molestia querido, pero si te llama dile que se comunique conmigo... no me contesta las llamadas, y solo quiero arreglar las cosas. Cuídate mucho Marcelo. 

 Marcelo: Hasta luego Señora Bass, no se preocupes, la llamaré en cuanto sepa de ella.

END CALL 

Después de la llamada con Annabella, el corazón me latía acelerado, y mi mente se desbordaba de preocupación. No solo tenía que lidiar con la situación con Joanna, sino que ahora también tenía que hablar con Mariana y confiar en que me ayudaría a cubrir lo sucedido.

"DE PUT*$#"ARE!!! AHORA TENGO QUE LLAMAR A MARIANA!!!!"  

En el teléfono:

 Mariana: Uggg...Marcelo...sabes que horas son!! 

 Marcelo: No importa la hora , Mar escucha cualquier cosa si te llama la madre de Joanna le dices que esta contigo ok? 

 Mariana: pero... porque? QUE PASO? ESTAS CON ELLA!?Marcelo: Te explico mas tarde chau. 

 Mariana: per- 

END CALL

 Al volver a la sala, la penumbra envolvía el espacio, creando una atmósfera íntima y misteriosa. Los destellos de la luz de la luna se filtraban a través de las cortinas, acariciando suavemente el rostro de Joanna, resaltando su belleza etérea mientras yacía medio adormilada en el sillón, vi a Joanna medio adormilada intentando levantarse del sillón. Mi preocupación se hizo más intensa. "Joanna, espera, no te muevas, te puedes caer", exclamé con urgencia mientras me acercaba rápidamente para evitar que se lastimara

En ese instante, ambos quedaron en silencio, mirándose fijamente, como si se estuvieran comunicando con la mirada. Sus corazones latían al unísono, sus almas se conectaban en un nivel inexplicable. Y en ese momento, la duda y la curiosidad se apoderaron de ellos, dejando a ambos protagonistas en una encrucijada inesperada, preguntándose qué sucedería después y si se atreverían a dejarse llevar por el torbellino de pasión y deseo que los rodeaba. 

La tensión sexual entre ellos era palpable, como una corriente eléctrica que recorría el aire. Cada palabra y mirada entre ambos estaba cargada de una pasión oculta y prohibida. La urgencia de Marcelo por protegerla de cualquier peligro no solo se debía a su preocupación como amigo, sino también al deseo ardiente que latía en su interior. Quería tocarla, abrazarla, perderse en la suavidad de su piel, pero se contenía, consciente de los límites que debían respetar.

Joanna, por su parte, sentía su corazón latir con fuerza en su pecho, el roce de Marcelo y sus palabras llenándola de un cosquilleo incontrolable. Se sentía vulnerable e indefensa ante la mirada intensa de Marcelo, pero también se daba cuenta de que él la protegía como nadie lo había hecho antes. Esa mezcla de emociones la confundía, sumergiéndola en una espiral de sentimientos encontrados.

Cada segundo que pasaba entre ellos se volvía más intenso y cargado de deseo contenido. Atracción y temor se entrelazaban en una danza enigmática, creando una tensión que parecía presto a desbordarse. Los susurros del viento afuera de la casa parecían susurros cómplices de secretos ocultos, mientras la noche guardaba sus misterios y pasiones en la oscuridad. El tiempo parecía detenerse en ese instante, como si el universo conspirara para que Marcelo y Joanna quedaran solos, enfrentándose a sus deseos más profundos. La pregunta latente en el aire era si cederían a la atracción que los envolvía o si se mantendrían firmes, resistiéndose a la tentación de lo prohibido.

¿Se rendirían ante la seducción de la noche y lo que ella les tenía reservado? ¿O tomarían caminos separados, dejando atrás la tensión sexual que los envolvía y volviendo a la cotidianidad de sus vidas?