La tarde daba comienzo en las calles concurridas de Tokio, Japón.
Y en cierto distrito, una chica de cabello rosado había llegado a su casa de manera apresurada.
Se quitó sus zapatillas y se fue corriendo hacia su cuarto ignorando por completo a Ebata el cual se extraño de la rara actitud de su protegida.
Nino al entrar a su cuarto, tiro su bolsa y sus zapatos hacia un rincón de la habitación y posterior a esto, ella se lanzó hacia su cama.
- ¡no puedo creer lo que hize! - grito la chica a su almohada mientras pataleaba.
Había besado de forma descarada a futaro y lo peor es que fue así durante varias horas hasta que el chico confeso que lo ponía nervioso.
- y lo peor fue que aun así lo seguí besando, KYAAAA.-
- acaso fui muy apresurada? Seguro que si, pensara que soy una chica fácil? Lo más probable, me dejara de hablar? No hay duda con eso. - dijo la chica mientras se tapaba su rostro con las manos. -
- pero, si me correspondió el beso quiere decir que si le gustó, aunque creo que sobraba decirle que ahora era mío. Diablos, ahora pensara que soy una psicópata. -
Podía recordar como el chico estaba temblando durante el beso pero pese a eso no se alejo de ella, ni siquiera aplicó nada de fuerza, simplemente se entregó de manera fácil.
- jejeje, quien diría que futaro-kun sería un simple corderito en realidad. Mira que no defenderte, creo que ahora ya se como atacarlo. -
Mientras pensaba en eso pudo escuchar como la puerta de su habitación fue tocada, dándole a entender que era Ebata queriendo hablar con ella.
- adelante, esta abierto. -
- con permiso mi niña, voy a pasar. - dijo el señor peli-blanco mientras entraba a la habitación de nino con una bandeja la cual llevaba unas tazas de té y unas galletas. -
- Ebata- San, no te hubieras molestado. -
- eh? Pero si esto es para mi, no se de que hablas. - dijo el hombre mientras se empezaba a reír por ver el ceño fruncido de Nino. -
- es broma, ten, espero te guste. -
- muchas gracias. -
- bien, ahora si me vas a decir que es lo que te sucede? Estas últimas semanas has estado un tanto extraña, sueles venir un poco más tarde de lo usual y siempre te la pasas cocinando más de lo normal. -
- Ebata, es solo que.... Bueno, no soy buena para este tipo de cosas. -
- Nino-chan, sabes que me puedes decir cualquier cosa que te preocupe, si cabe dentro de mis posibilidades te ayudaré, así que confía en mi. -
Nino se quedó viendo al señor que la ha estado cuidando toda su vida y no pudo evitar sonreír, con algo de vergüenza ya que talves no era un tema para discutir con el pero era la única persona en la que confiaba.
- bueno, lo que sucede es que...
Creo que me enamore. - dijo la chica con las mejillas sonrojadas mientras veía hacia otro lado. -Ebata simplemente sonrio ante esto, ver a su pequeña protegida le hizo recordar nostalgicamente a su antigua amiga, la cual también se ponía de esa manera cuando hablaba de su enamorado.
- jajaja, te pareces mucho a tu madre cuando se trata de estos temas. -
- de verdad me parezco a mamá? -
- así es, cuando ella hablaba de tu padre siempre se sonrojaba y me pedía consejos para saber que hacer con el para llamar su atención. -
- ¡en serio! Y que le decías? -