ɪɪɪ. ɴᴏ ǫᴜɪᴇʀᴏ ᴄᴇᴅᴇʀ

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Serkan salió de su habitación al día siguiente pasado las cinco de la tarde y Eda aun no había llegado e internamente estaba agradecido por ello, después de lo ocurrido en el balcón habia estado tratando de evadirla.

Se dirigió a la cocina acariciándose el cuello, el cual le dolía horriblemente por pasar tanto tiempo frente a su  computadora, se frotó los ojos antes de abrir la nevera con resignación, no tenia ganas de preparar nada de comer, pero tampoco quería pedir comida.

Las llaves en la puerta de la entrada se oyeron dejando ver unos minutos después a la castaña entrando con una guitarra en su espalda, su sonrisa estaba mas radiante que nunca.

A Serkan se le cayó la baba, casi literal, sino fuera porque cerró la boca para evitarlo cuando se asomó para ver quien había entrado aunque ya supiera quien era, volvió a meterse en la cocina rezando para que Eda se fuera directo a su habitación y no se fijara que había alguien allí.

-Hola Serkan - lo saludó soltando un gran suspiro mientras se sentaba atrás de la barra de la cocina.

El pelirrojo rodo los ojos. -Hola.- gruño por lo bajo, mientras rebuscaba en la nevera de nuevo.

-¿Sigues ignorandome?. - preguntó con un puchero.

Serkan suspiró. - No. - contestó secamente. - Pide comida, tengo hambre. – casi ordeno, para luego sacar agua y servirse en un vaso.

-Bueno. - dijo riendo. - ¿Qué quieres comer?. - preguntó acercándose a él.

Serkan retrocedió sin apartar la vista del suelo. - No lo se... la verdad me da igual, elige lo que quieras.

-¿Qué ves?. - preguntó la castaña inocentemente mirando hacia el suelo también.

Serkan bufó ignorando el comentario de Eda. - ¿Desde cuando tocas la guitarra?. - preguntó sin poder contenerse.

-Ah, desde que era pequeña, como los 12 mas o menos mi padre me enseñó, pero no suelo practicar mucho por falta de tiempo, de vez en cuando la uso para relajarme un rato, es buen método para bajar el estres. - contesto feliz, hablando rápido como hacia cuando le emocionaba la situación, pero con una sonrisa melancolica que no paso desapercibida para Serkan.

-Oh, se nota que te gusta mucho hacerlo. - comentó al notar la emoción en su voz.

-¿Acaso pensaste que solo era una chica  que pasaba todo el día estudiando?.

-La verdad no pensé ni eso. - comentó distraído.

-No me consideras inteligente, ni hábil, Serkan. - dijo haciendo voz de drama.

Serkan la miró a la cara por primera vez desde que entro en la cocina, quedándose tan impactado como pensó que lo haría.

-¿Vas a pedir comida o no?.- preguntó antes de que se le saliera una barbaridad por la boca, no debería estar pensando en lo adorable que le parecía Eda.

-Si, si, si, ya voy. - dijo volteándose y caminado hacia el teléfono.

Serkan se sentó en la barra a esperar, no sabía porque ese día se sentía tan vago y no tenía ganas de hacer nada.

-Listo. - dijo Eda saltando desde la sala de estar a la cocina. - Voy a ducharme antes de comer. - se despidió sonriendo mientras se retiraba.

Serkan suspiró aliviado recostándose en la barra con la cabeza entre sus manos, esa chica lo confundía y no le gustaba como lo hacía sentir, unos minutos después el mayor escucho los pasos de Eda volviendo a la cocina, venía con un pantalón holgado y un top negro, se notaba un poco cansada.

ɪɴǫᴜɪʟɪɴᴀ ɪɴᴇsᴘᴇʀᴀᴅᴀ [ᴇᴅsᴇʀ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora