Aunque la realidad es cruel, pude escapar de ella conscientemente, lo hice por mi bienestar, y en ella encuentro tanta paz, mi alma se siente tan contenta...
Después de salir del hospital mamá me pregunto si quería un helado, su rostro tenía una sonrisa forzada y pequeñas lágrimas a punto de salir de sus ojos cerrados, solo la miré y asentí, aunque no tenía ganas de comer nada, solo quería llegar a casa y encerrarme en mi habitación, kacchan se acerco a mi y tomo mi mano.
"Deku... Tu... ¿Estas bien?"
Yo lo mire y le sonreí, "No tienes que preocuparte, kacchan"
El agacho la cabeza, pude observar como lágrimas caían al suelo y algunos llantos en susurro.
"Perdóname deku, ¡desde ahora prometo que te protegeré!" No prometas nada, kacchan...
Yo no sabia que responder, solamente empecé a llorar y lo abrace...
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Al llegar a casa mamá me abraso y me dijo:
"Izuku, perdóname por haberme ido, lo siento" Las lágrimas de sus ojos salieron nuevamente.
"Mamá... ¿Puedo irme a mi habitación?" Susurre.
Ella se aparto de mi lentamente y asintió con la cabeza.
Me dirigí a mi cuarto, al entrar fui hacia mi cama y me recosté en ella, cubrí con las cobijas todo mi cuerpo, he intente dormir...
Eran aproximadamente las 2:40 a.m. cuando me desperté por una pesadilla, estaba agitado, empecé a gritar y llorar sin control.
Mamá entro a la habitación rápidamente y prendió la luz, se acerco a mi, me abrazo fuertemente para que me calmara...
Yo le susurre, "Por favor, no me vuelvas a dejar mamá"
La oí llorar en mi hombro, cuando me calme ella me dejo de abrazar, me acostó nuevamente en la cama y se recostó junto a mi...
Pude dormir un poco, al despertar vi a mi madre frente a mi, la desperté y me sonrió, cuando sonreía, me hacia sentir tan feliz por estar con ella.
Nos levantamos y me preparo katsudon, mi comida favorita, me sentí feliz, la mire y le sonreí...
Su rostro se veía sorprendido, ¿Acaso hice algo mal?, ella me devolvió la sonrisa, pude ver sus lágrimas asomarse poco a poco de su ojos, pero se veía feliz...
Aunque no tenía ganas de comer, al probar el katsudon el hambre se apodero de mi y me termine toda la comida.
Mamá se veía realmente feliz, me alegra verla así.
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Los días siguieron igual, pero todavía seguía teniendo pesadillas, empecé a dudar de mi, me sentía mal sin razón, todas las noches lloraba, podía sentir nuevamente el dolor, cada vez me estaba debilitando más...
Hasta que todo mi mundo se derrumbo al entrar a la secundaria...
