Capitulo 1

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El día avanzaba paulatinamente, el tiempo era tranquilo y silencioso, la brisa ondulaba entre las nubes, y de allí salió un sujeto sentado sobre una nube llamativa de un color amarillo, brillante como el oro.

Tal sujeto sobrevolaba con una sonrisa brillante en su rostro, su cuerpo tonificado a causa del entrenamiento, ¿De dónde provenía? De la casa de Kami-sama, el dios de la tierra.

Luego de la derrota de Ma Junia, y el rechazo hacia Milk, la supuesta prometida de su infancia, decidió ir con Kami-sama para entrenar en la habitación del tiempo, con el fin de hacerse cada vez más poderoso y así poder proteger a sus amigos.

Pasado el tiempo, el joven sujeto bajo de aquella brillante nube que parecía saltar de alegría, confiado el muchacho golpeo la puerta de una cada redonda similar a una pelota, al cabo de unos segundos, la puerta se abrió y sus ojos ónix deslumbraron a una mujer rubia sonriente con sus ojos extrañamente cerrados.

En efecto, era la casa de su mejor amiga, Brief Bulma.

—¡Oh, eres tu Goku! —Saludo la mujer levemente sorprendida por su reaparición luego de tanto tiempo, sus ojos observaron hacia abajo y arriba, apreciando el crecimiento del joven conocido como Goku—Ha pasado mucho tiempo, te has convertido en todo un hombre, muchachito—dijo con su dulce voz sin abandonar aquella sonrisa.

Una joven y contagiosa risa resonó por corporación capsula causada por el llamado Goku, quien se rasco la nuca con una pizca de nerviosismo.

—No he cambiado mucho en verdad, señora—rio el joven puntiagudo y curioso le pregunto—¿Se encuentra Bulma?

—Oh... conque el joven Goku se enamoró de Bulma, ¡Oh, qué bello es el amor joven! —Dramatizo la mama mientras se hacia un lado, permitiéndole la entrada al guerrero—Bulma está en su laboratorio, pase, pase— expreso con una inmensa alegría que confundió al muchacho que no entendía la situación.

Luego de cierto tiempo, se encontraba con su mejor amiga, quien se encontraba un tanto avergonzada por la situación en la que su madre metió a Goku, aquel que por milagros del destino mantenía su ingenuidad e inocencia.

Maldita sea, aquel que corrompa su inocencia.

—¿Cómo te encuentras, Goku? Ha pasado mucho tiempo, en verdad creciste—hablo con felicidad la joven, abrazando al amigo que tanto extraño, a su compañero de cientos de aventuras, lástima que todo aquel que tenga un principio tendrá un final.

Siempre y cuando el destino no sea caprichoso, siempre que escoja a una persona sempiterna, aquel que jamás podrá descansar de tantas cosas....

—Estoy bien Bulma—Expreso con felicidad el artista marcial, correspondiendo el abrazo, sus fortachones brazos rodearon la cintura de la chica y este sin más sonrió de inocencia y pureza que tanto le caracterizaba.

Hasta que vio un libro interesante, escondido entre otro, paso el tiempo conversando con su amiga, y su momento llego.

—Bueno, te dejo, debo ocuparme de ciertas cosas, ya sabes, cosas de la vida—se despidió la mujer tranquila, finalmente satisfecha de haberse encontrado con su amigo.

Goku asintió, no tenía mucho que hacer, después de un rato en silencio, él se acercó a ese libro que vio en el primer instante, lo saco entre los tantos que estaban escondido, su capa aprecio, un color marrón de fondo y encima de este, había 4 armas curiosas de las cuales logro identificar.

Los ojos del destino lentamente se iban abriendo, las constelaciones lejanas esperaban una decisión del absoluto.

Una Lanza, una espada, un arco, y finalmente un escudo.

En silencio abrió la capa del libro, sus dedos recorrieron las hojas, lentamente leía aun con difícil comprensión lectora, los dibujos observo, una mujer, un rey y cuatros héroes.

Sus impresiones fueron diferentes en cada una de estas imágenes, por cada vez que pasaba la hoja.

La mujer le dio una impresión de alguien malvada.

El rey la impresión de codicia y la vanidad.

Y los héroes, vio en ellos seres imperfectos, seres que también poseen pensamientos propios y defectos.

Aunque tuvo una duda, ¿Era el escudo un arma? Era consciente que podía ser utilizado como arma, pero mayormente era para defensa.

Poco a poco, el iris del absoluto se dejaba ver.

Queriendo saciar su curiosidad, adelanto la hoja, y lo que vio....

Fue simplemente vacío.

Anonadado, comenzó a pasar hojas tras hojas, todo estaba igual de vacíos, no había escrituras ni dibujos, simplemente una hoja blanca.

De pronto, las paginas comenzaron a pasarse una tras otras, el libro brillo de un destello dorado y lentamente a Goku absorbió.

En ese mismo instante sucedió lo inesperado.

El absoluto tenía sus ojos abiertos, su iris provoco un destello blanco tan cegador que nadie pudo ver lo que sucedió.

El destino eligió.

Otra persona ha sido elegida para ser sempiterno, cuando el destello cegador acabo, y las constelaciones lejanas se dieron cuenta que Goku ya no yacía en este mundo. 

El escudo desterradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora