- PARTE III -

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Los días pasaron lentamente, y por desgracia para Rita, el ruido jamás cesó

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Los días pasaron lentamente, y por desgracia para Rita, el ruido jamás cesó. Parecía que, al ser consciente de que detestaba el ruido, el señor Barker incitaba a sus pequeños demonios a hacer más escándalo. Todos los días era la misma rutina, el hombre se paraba a mitad de la sala para gritar que era hora de levantarse, había ruido de trastos, gritos de niños y la cantaleta del "no quiero bañarme, papi" y para coronar el alboroto, los ladridos de los perros se unían a esa terrible cacofonía.

Sin embargo, Rita parecía haberse acostumbrado al alboroto de los Barker, tal y como su otra vecina le aseguró. "Sólo es cuestión de días, Rita querida", le dijo la mujer con una gran sonrisa. "Funcionan bastante bien como un efectivo despertador".

¡Y era verdad! De cualquier manera, ya no tenía caso molestarse o hacer un reclamo. Por una extraña razón, todo el mundo los apreciaba. ¿A qué se debía que todo el mundo amaba a los Barker? Especialmente las mujeres, desde las adolescentes hasta las mujeres más maduras. Todas ellas estaban encantadas con esos sujetos... ¡especialmente ella! Logan Barker era un monolito a la masculinidad, la belleza y perfección masculina. ¡Esos brazos! ¡Ese pecho! ¡Esa cara! ¡Dios! Sus labios besables y... ¡que ganas que Logan le diera unos azotes en el culo mientras disfrutaba de una noche intensa con él!

-...¡y eres una idiota, Rita! - Se dijo mientras miraba por la ventana en dirección al parque. Ese día los niños jugaban felices junto a su padre, quién no había ido al trabajo.

La mujer cerró la cortina y frunció el ceño. Definitivamente estaba loca, Logan Barker parecía no tener ojos para nadie, excepto para sus propios hijos. Esos niños lo eran todo para él, ¡se notaba! Sin embargo, su mirada melancólica le hacía saber que ese hombre necesitaba a alguien más en su vida y que detrás de toda esa pinta de macho rudo y empotrador se escondía un tierno oso de peluche.

A Rita le gustaba mirarlos jugar en el parque, a veces a través de su ventana y otras más, cuando salía a trabajar en algún cuadro. Se quedaba embobada con la familia entera, hasta que era descubierta por Logan, quién le sostenía la mirada y ella, como una colegiala se ruborizaba y volvía a su trabajo.

Por cierto, Rita tampoco era indiferente para Logan, el hombre también la miraba; sobre todo cuando ambos coincidían en el hall del edificio y tenían que subir juntos al elevador. Ella se mantenía concentrada en su móvil y él podía admirarla a su antojo. Para Logan, Rita era una mujer muy atractiva, tez morena, cabello lacio y castaño, de armoniosas curvas y grandes y hermosos ojos soñadores.

Al hombre le hubiese encantado acercarse a Rita para hablar con ella e invitarle un café. Pero sabía que ella lo detestaba debido a su mala actitud por las mañanas. Casi siempre terminaban enfrascados en una acalorada discusión y él se portaba muy grosero con ella, cosa que afectaba su imagen y la manera en cómo ella lo trataba. Su difunta esposa estaría muy avergonzada de su comportamiento, ¡y qué decir de su propia madre! Pero ya no sabía qué hacer, el estrés le estaba afectando demasiado. Definitivamente le hacían falta unas vacaciones, pero apenas estaban en la primer semana de noviembre.

UNA MAMÁ PARA NAVIDAD (Especial Navidad 🎄 2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora