¡Alas! Tomboo

Mí amor es cobarde

Su cachete estaba rojo, casi tanto como la palma de la mano de Tommy quien fue el que golpeo aquel rostro de Ranboo.

- Idiota!

- Tommy, puedo explicarte!-

- No! No!! Baja me! No escucho a tramposos, me ire lejos así como tu! ¡¡Y nunca me encontrarás!! - pataleo tratando se bajarse de los brazos de Ranboo, este siendo alto le impedía tratar de tirarse al suelo.

- Tommy..

Pronto una patada le golpeó la cara, lo que logro un desequilibró para caerse de espaldas con un Tommy enojado encima, pronto sintió las manos suaves de Tommy en su cuello al parecer lo abrazo al caerse.

- Tom-

- No! - se alejo, levantándose y sacando el cuchillo que tenía escondido en una de sus alas apuntando lo a el - No te escucharé, ya me creí demasiadas mentiras.. ¿Nunca soñaras conmigo? No eres lo que me prometiste ser..

Ranboo miro a Tommy, aún estaba en el suelo viendo a un roto ojos celestes mirarlo triste y confundido, decepcionado. Se alejo lento dándole la espalda mostrando sus hermosas alas medianas doradas mientras se iba a su hogar ya que había saltado de la terraza.

Ranboo se quedó ahí mirando a su amado niño irse con dolor en el pecho y más con el sentimiento de abandono que invadió su cuerpo logrando más desequilibrio en si mismo.

Se recostó ,todo su cuerpo contra el piso esperando o admirando. No sé sentía bien ese día además de ser el primer día de descanso después de su época de reproducción, para los enders esa época era muy pesada además de casi no haber enders como el, pesa no tener a una pareja.

Sabe que esto suele descontrolar lo pues más cuando siente que ama a alguien tanto pero sin poder llegar a decirle, todo es inútil para el.

Se sujeta el cabello y lo estira un poco, gruñe enojado ya arto de contenerse a gritar el amor escondido que tiene pero sería peor decirlo a voz alta.

- ¿Por que nací con este miedo interno? - su cabeza vueltas daba ,decidió dormir de todas maneras esa fue la razón inicial de volver.

«» ✦ «» ✦ «» ✦ «».¸¸.*♡

Paso tras paso, camino con la mente hecha un lío más que sus ondulados cabellos dorados.

Mirando al piso, sus pies nunca habían sentido tanta necesidad de escapar o más bien nunca había sentido tanto miedo en sus piernas por detenerse y no poder caminar de nuevo por no tener el valor suficiente.

Cobarde, esperaba que le dijeran así una vez y cuando se diera vuelta pueda llorar lo que tienen dentro, se siente roto mucho más que cuando vio su cara y ese par de ojos bi color.

- odio el amor, te odio a ti.. - suspiró miro sus manos, una en el cabello la otra en su boca y casi apenas audible grita ahogándose con su mano - me odio a mí.