💎 Capitulo 4 💎

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Arian Brandt...

Estoy duro, malditamente duro y es por culpa de esa mocosa caprichosa que solo me traerá problemas, pero no había dudas que el puesto es para Perssia.

Tiene una destreza increíble sin contar que sus respuestas en el entrenamiento fueron precisas dignas de una Trono Diamante.

Coloco mi mano sobre mi verga y siento la maldita impotencia de que no podre follarla a mi antojo y sé que será una odisea que estemos solos en mi oficina con toda esta jodida tensión que crea entre nosotros que no la tolero.

Nunca tuve problemas con otras mujeres desde que comencé mi puesto, ninguna me pareció lo suficientemente cautivante como para perder los papeles durante las peleas que se sortean por los puestos elite.

La vi dispuesta a acabar con Katayama y eso no está permitido dentro de la organización se supone que debe dejar al oponente inconsciente no en coma.

Me froto los ojos desesperado, porque los minutos pasan y en cualquier momento tocara mi puerta y es una jodida bomba de tiempo seductora, aun con ese pequeño corte en la mejilla, la laceración en la ceja y pómulo no la hizo perder un poco de su atractivo.

La puerta se abre y no sé, si gritarle o solo dejarla estar, así que me decanto por la segunda opción, respiro sonoramente y ella lo nota porque pone esa sonrisa que está comenzando a gustarme y que me cabrea a partes iguales, porque no puedo borrársela a base de polvos, cosa que no nos molestaría a ninguno de los dos, pero que nos traería problemas serios como el que ella sea desterrada de la organización y puesta una orden de restricción para ambos cosa que me pasaría a mí, pero con el exilio incluido.

- ¿No te enseñaron a tocar las puertas? -Gruño dejando caer mis brazos sobre la mesa -Toma asiento, por favor.

Ignora mi orden y se acerca, para colocarse a mi espalda, me pongo tenso cuando sus manos se pasean por mi pecho aruñado la tela de mi camiseta térmica y siento mi piel erizarse, mantengo el tipo, porque no quiero darles pie a sus constantes insistencias.

Su olor me envuelve y puedo imaginarme recorriendo su cuerpo embriagado por esa fragancia sutil.

- ¿Por qué nos privas de esto? -Ronronea paseando su nariz por mi mejilla -Tengo tantas ganas de ti.

- ¡Basta Von Manstein! -Gruño excitado -Somos la mano de Dios y por lo tanto debemos respetar las reglas.

Siento la calidez de su lengua con algo frio en ella impactar contra mi mejilla y mi polla palpita. Como seria sentir esa joyería en una mamada.

- ¿Sabes lo glorioso que sería tenerte entre mis piernas? -Jadea y me pone mal -Te cuento un secreto.

>> Cuando estuve en la ducha no pude contenerme dieciocho quilates y me toqué pensando en ti, en lo glorioso que sería tenerte muerto de ser bebiendo de entre mis piernas.

>> En lo mojada que estoy pensando en cómo te derramas en mi lengua.

- ¡Maldita seas basta!

Con una agilidad impresionante tomo su mano y la halo, para someterla contra la mesa, la veo colocar su culito redondo y respingón en pompa y siento que podría correrme con solo un toque de sus manos sobre mí.

Coloco una de mis manos en su cadera y la otra la utilizo para enredarla en su cola de caballo. Jadea y se vuelve melodía para mis oídos, coloco mi verga en posición y siento el calor en su entre pierna, hago presión y gruño haciendo que ella chille.

- ¿Esto es lo que quieres? -Rujo y la embisto haciéndola gemir -Pues déjame decirte que no lo tendrás Perssia.

>> Me he jodido demasiado por estar donde estoy como para que una chiquilla calienta braguetas lo arruine todo.

-Arian por favor -Gruñe y empujo un poco más -Estoy a punto.

-Así que la nenita está apunto de correrse -Ruedo mi mano un poco más a logrando que sus piernas se abran más y acaricio levemente sobre la tela de la licra - ¿Vamos a ver cómo te corres?

-Por favor.

Estoy tentado a complacerla, pero eso no pasara. Alejo mi mano y la vuelvo a colocar en su cadera, halo su cabello haciendo que se coloque derecha.

Es mucho más baja que yo, pero no quita el hecho que es una pequeña pervertida que se dejó hacer.

Probablemente no sería el primero al que se le ofrece y eso me enloquece, porque critico duramente a Ruth y que es lo que ella hace apenas entra a mi oficina.
Abrirse de piernas para mí.

La llevo a la silla frente a mi escritorio y hago que se siente de malas maneras, sus ojos poseen un brillo perverso en ellos. Probablemente cree que la dejare tocarme desde su posición, pero eso no pasara.

-No vuelvas a hacer eso -La señalo y eso la confunde -Respétate y respétame Von Manstein ¿Qué diría tu padre el gran Querubín Plata? Si supiera que su princesa esta cachonda por un hombre que no la desea.

-Mientes -Rueda los ojos cual consentida he herido su ego -Sé que me desea, estabas tan duro cuando...

-Soy hombre señorita Perssia podría venir la señora de limpieza a hacerme una mamada y yo me pondría duro -Volví a mi puesto frente a ella poniendo distancia con la mesa en medio -Así que no confundas anatomía básica con deseo.

>> Volviendo al tema que nos compete -Busco en los papeles sobre la mesa hasta dar con ellos y extendérselos cosa que ella lo toma de mala gana -Esto es lo que debes hacer como Trono Diamante.

- ¿En qué unidad estaré? -Comienza a leer y su expresión cambia al ver donde estará - ¿Estaré en Praga contigo y mi hermano?

-Tu padre y mi padre así quisieron que fuera el destino de tu hermano -Suspiro -En cuanto a ti solo fue suerte.

-O mis ganas de estar contigo -Ronronea, pero se calla al ver mi rostro -Lo siento.

-Espero que lo sientas porque Clove va a tener que editar cosas y borrar audios para que esto no se vuelva un problema, para ambos.

-Debería ir acostumbrándose a ello -Ríe la muy descarada -Porque no me voy a rendir Arian.

- ¿Pensé que todo había quedado claro Von Manstein?

-Aquí lo único que quedo claro fueron mis ganas de follar contigo.

-Que parte no entiendes que este capricho tuyo solo nos traerá problemas.

La miro directamente a esos ojos que me causan deseos animales. Porque bien se dice que lo prohibido es lo que más se desea y yo la deseo, aunque sé que no puedo tenerla.

>> Eres un problema Von Manstein -Sus labios forman esa sonrisa provocadora de antes -Uno de piernas largas y ojos seductores.

-Me haces sentir tan alagada -Ronronea con aquel asentó tan erótico -Y a la vez me haces querer ser una chica muy sucia.

- ¡Por Dios! -Froto mi entre cejo -Ve y da cincuenta vueltas en el circuito a ver si así se te baja la calentura.

- ¡No es justo! -Chilla.

Lo que no es justo es tener esta maldita erección que tendré que bajar durante un rato pensando en ella.

😏😏😏

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