IV

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Esa noche había cuatro personas en la mesa y todos comían excepto uno. ZanJin, seriamente, se mantenía atento por si alguno de aquellos dos desconocidos intentaba lastimar a su Baobei. Este último comía con confianza a su lado, sin mirar a nadie, pues no solo estaba hambriento, sino que ya tenía la suficiente confianza en HaiKuan como para saber que no ingeriría ningún tipo de droga.

Fue especialmente con HaiKuan con quien ZanJin se ensañó. HaiKuan lo miraba con una gran curiosidad y le resultaba casi divertida la forma en la que celaba a su dulce Baobei, sabiendo que a continuación sería incapaz de negarle algo. Ambos chicos se cuidaban mutuamente con gran fervor y esto le provocaba ternura.

Mientras el celoso ZanJin mantenía la vista de odio fija en HaiKuan, Baobei notó que su comida se enfriaba y creyó que la rabia que ZanJin sentía cada que HaiKuan le sonreía era la distracción que le impedía comer. Prefirió evitar los problemas y tranquilizar a su amado.

— Zanzan, puedes comer. La comida no está envenenada— Le susurró con gran ternura, distrayendo por fin aquella mirada de odio.

ZanJin estaba tan empecinado en no dar el gusto a aquellos dos hombres que prefirió quedarse con el estómago vacío. Baobei, por su parte, se preocupó por esto y se aferró a las telas de la túnica de su amado para llamar por completo su atención.

— Zanzan, come por favor. Puedes enfermar— Pidió con una dulzura tal que ZanJin no pudo resistirse.

Solo aquella petición y la mirada comprensiva de su Baobei lo hicieron entrar en razón. Comió a pesar de que todo le sabía amargo, tranquilizándose tras cada roce de Baobei tocando su hombro e intentando aplacar su ira.

YiZhou no podía dejar de sospechar a causa de la cercanía de los dos jóvenes. Ver a dos gemelos rozarse con tanta insistencia no era algo natural y la relación de estos dos muchachos era mucho más que una simple conexión entre hermanos.

— Supongo que hay una razón válida para enviar el cargamento incompleto— Habló YiZhou, rompiendo el silencio de aquella incómoda velada—. Alguien debe dar una explicación muy pronto. Después de todo, nos quedamos con el par que tiene mejor estado. Están tan impecables que dudo que alguno de nosotros pueda pagar por ambos.

— No es momento de tener esta conversación— Respondía HaiKuan, sin siquiera mirarlo.

— Yo creo que sí es necesario hablar de esto ya que— Hizo una pausa para observar a los dos jóvenes idénticos—... la mitad de este botín me pertenece.

— Te pagaré por el que tú atrapaste— Intentó finalizar su compañero.

— Tal vez no quiero venderlo— Todas las miradas quedaron puestas sobre YiZhou. Su sonrisa maliciosa hizo a todos desconfiar—. Mi parte es mía.

— Pon un precio.

— Sabes mejor que nadie lo valiosos que pueden ser. Encontrar un comprador para ellos no será difícil. Quiero vender mi parte por separado porque aún así conseguiría una excelente recompensa.

Aquella propuesta incomodó tanto a Baobei que este se aferró a las vestimentas de su amado. ZanJin pudo sentir en su propio cuerpo el miedo de su Baobei y procedió a tranquilizarlo tomándole la mano.

— Pareces un novato— Respondió HaiKuan—. El par tiene un valor incalculable y quieres romper algo que ya es valioso por una diminuta y sucia cantidad.

— Como la mitad me pertenece, tengo mis términos— Antes de retirarse, YiZhou agregó: —. Deberías decidir rápido lo que harás con ellos. De lo contrario, vernos llegar con dos gemelos tan valiosos puede ser sospechoso. Las estafas en este negocio se pagan con la vida, pareces no estar enterado y te atreves a llamarme novato a mí.

Invaluable | ZhuLiuHaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora