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Los últimos meses para Soobin habían sido de los mejores, ya no se encontraba todo el tiempo solo en su apartamento, ya no mantenía un semblante serio y deprimente, ahora sonreía, sonreía para y por Kai

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Los últimos meses para Soobin habían sido de los mejores, ya no se encontraba todo el tiempo solo en su apartamento, ya no mantenía un semblante serio y deprimente, ahora sonreía, sonreía para y por Kai. Había sido una gran idea el hacer el maniquí, podían bailar, conversar y también… darse ese afecto que provocaban orgasmos en Soobin. Demente y bochornoso.

Cabe mencionar que sus vecinos hacían rumores del chico aislado del departamento 304. Llamándolo loco, y obsesionado. El rumor del maniquí corrió como una nube de lluvia, empapando a todos de su lamentable situación, pero estaba demasiado cegado para darse cuenta o lo hacía y prefería vivir en la ignorancia, como todo infeliz viviendo su vida de ensueño.

Quizás sí estaba loco, pero… ¿No es el amor una locura?, Te vuela la cabeza con ideas absurdas como una amnesia que apenas puede desaparecer. Así era estar enamorado, entregarse completamente a alguien, o algo, eso hacía el peliazul. Amaba tanto como para dispararle a su racionalidad, a su coherencia que lo quería sacar de esa borbuja de amor tóxico.

Muy en el fondo, el peliazul aveces lo escuchaba, quizás sí estaba obsesionado con conocer la perfección y encontrar a alguien que lo acompañe en su patética vida llena de agujeros. Eso lo llevó a aferrarse a lo material, apoyándose en la inexistencia de un ser de su imaginación.

Y ese era Kai, el muñequito de plástico que estaba entre sus piernas, él peinaba sus cabellos rubios, recordando que Beomgyu le había dicho que escuchó al muñeco hablar y saludar, diciéndole que se alejara, que Soobin era de su pertenencia, y al principio no quiso hacerle caso, Kai no sería capaz de amenazar, era alguien muy sensible y amable, ¿Porqué odiar a alguien quién acaba de conocer?, ¿Cuál sería el motivo?, Pero tampoco descartaba las posibilidades de que fuera cierto.

―Son sólo especulaciones, tu no harías eso ― Dice, besando su coronilla, deleitando sus oídos con la risita del rubio, justo como una armonía con las notas justas y la banda correcta interpretandolo, nada le importaba, pero no sabía hasta qué punto llegaría, hasta donde su borbuja aguantaría.

―Son sólo especulaciones, tu no harías eso ― Dice, besando su coronilla, deleitando sus oídos con la risita del rubio, justo como una armonía con las notas justas y la banda correcta interpretandolo, nada le importaba, pero no sabía hasta qué punt...

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深 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝘁 𝗱𝗼𝗹𝗹  ─  sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora