El gran (y ligeramente aterrador) Renacimiento de Remus Lupin

Feliz 23

"Alice, quítame la maldita venda de los ojos," gimió Remus. Era su vigésimo tercer cumpleaños. Alice le había vendado los ojos hacía unos diez minutos cuando vino a recogerlo a casa. Hasta el momento, su cumpleaños había transcurrido sin incidentes, pero le gustaba así. Sus padres le habían prometido que vendrían pronto. Habían llamado esta mañana y le habían dicho que traerían su regalo en ese momento. A Remus no le importaba cuándo lo conseguiría. Nunca le gustó recibir regalos. Odiaba la idea de que la gente gastara dinero en él.

"Un poco más, Lupin," dijo Alice. Remus puso los ojos en blanco, aunque nadie podría verlo. Caminaron un par de minutos más hasta que Remus entró en una casa. Podía decirlo por el olor y había escuchado a Alice abrir una puerta. Su mano soltó la de él. "Puedes quitártelo, ahora."

"¡Sorpresa!" llamó a un grupo de personas, cuando Remus se quitó la venda de los ojos. Sus ojos necesitaron un minuto para adaptarse a la luz, pero luego vio a todos. Alice, Frank, James, Lily, Harry y Sirius. Todos llevaban gorros de fiesta, incluso Harry. Remus se dio cuenta de que estaba en la sala de estar de James y Lily, que estaba decorada con globos y todo eso. Había una guirnalda de cumpleaños que decía " Feliz cumpleaños Remus " mientras colgaba al otro lado de la sala de estar.

"¡Feliz cumpleaños, Remus!" vitoreó Alice, antes de abrazarlo. Llevaba un amplio vestido negro. Él se rió y le devolvió el abrazo. Frank fue el siguiente en desearle un feliz cumpleaños y le entregó una caja envuelta.

"Sabes que odio recibir regalos", dijo Remus, mirándolos a ambos.

Alice se encogió de hombros, "No me importa".

Remus desenvolvió la caja y James se acercó a tomar el papel de regalo para que Remus no tuviera que molestarse con eso. El presente era una trilogía que Remus había tenido en su lista de deseos durante años. Sonrió a los libros y miró el primer par de páginas, como siempre hacía. No había nada como la sensación de un libro nuevo entre las yemas de sus dedos.

"Gracias", dijo, extendiendo la mano para abrazarlos a ambos una vez más. Alice le dio un beso en la mejilla y luego retrocedieron.

James y Lily fueron los siguientes en presentarse. Sirius había levantado a Harry, sosteniéndolo en su cadera mientras le decía tonterías al niño.

"¡Feliz cumpleaños, Moony!" exclamó James, antes de darle una palmada en la espalda. Lily también lo abrazó. Remus estaba bastante sorprendido de que estuvieran allí, ya que solo los había visto dos veces antes. Una vez cuando cenó en su casa y una vez cuando Harry había estado deseando 'la leche choccy de Moomy'. Remus había estado confundido pero feliz de verlos poner un pie en Claro de Luna ese día. Se habían quedado unas horas, incluso después de cerrar. A Remus realmente le gustaban, especialmente a Lily. James era un gran tipo, pero Lily se parecía más al propio Remus.

"Alice dijo que no te gustaba recibir regalos, así que nos encargamos del pastel como regalo", dijo Lily, antes de empujar a Remus hacia la mesa tomándolo del brazo. Había un pastel enorme, de al menos 11 pulgadas de alto, con glaseado de crema de mantequilla verde y el ciclo de la luna representado en la parte superior. Decía "Feliz cumpleaños" en letras de chocolate. Remus se preguntó si Alice les había dicho a James y Lily que el verde era su color favorito.

"¡Este pastel es increíble!" dijo Remus, tratando de sonar tan entusiasta como se sentía. Le encantó, pero estaba un poco abrumado. "¿Tú lo hiciste?"

"No," James negó con la cabeza y luego señaló a Sirius ya él mismo. "Nuestra madre lo hizo".

Los ojos de Remus se dispararon de uno a otro, "¿su mamá? ¿Son hermanos?"

"Bueno, en cierto modo. Sirius-"

"Esa es una historia para otro momento," interrumpió Sirius, entregándole a Harry de nuevo a James antes de envolver a Remus en un cálido abrazo. Remus sonrió para sí mismo mientras le devolvía el abrazo a Sirius. Aguantaron demasiado tiempo, pero a ninguno de los dos pareció importarle.