˚ ִֶָ 🗝️ ♡︎ ₊ 𝗔𝘁𝘁𝗲𝗻𝘁𝗶𝗼𝗻!

𝗣𝗥𝗘𝗧𝗧𝗬 𝗥𝗔𝗜𝗡𝗕𝗢𝗪 𝗕𝗢𝗬

━━ Y prometo hacer que tu sonrisa vuelva a decorar tu rostro, mi bonito chico arcoíris.

La primera vez que Sunghoon vió a Sunoo, se sintió incómodo. El chico era la felicidad en persona, parecía un color amarillo brillante en medio de colores fríos y poco brillantes. Su mundo estaba lleno de saludos animados y enorme sonrisas.

Y a Sunghoon eso le parecía asqueroso.

Sunoo le causaba un estómago revuelto y más que formarle una sonrisa en el rostro, una mueca era lo que aparecía mientras lo miraba.

Ignorando las conversaciones en los pasillos, caminó rápidamente hasta llegar a su salón para evitar toparse con los arcoíris que el chico dejaba alrededor de cada persona. Verlo tan sonriente le causaba nauseas, y no podía dejar de pensar en que algo se escondía tras esa linda sonrisa.

La profesora que los direccionaba ese año llegó cinco minutos antes de las ocho, saludandolos mientras venía acompañada de cinco chicos, los estudiantes nuevos. Y aunque Sunghoon intentó ignorarlos y comenzar a sacar su cuaderno para las futuras indicaciones que le dictaría la docente, la sonrisa luminosa del famoso Kim Sunoo lo entretuvo. ¿Qué él no estaba en el paralelo A?

—Éste año se hicieron algunos movimientos en los cursos, y ellos ahora serán parte de éste paralelo —señaló a los cinco estudiantes, y Sunghoon notó que cada uno era de un paralelo distinto—. Pueden buscar un asiento libre, chicos. Les pido rapidez para poder empezar con la primer clase del año escolar.

Claro que, para Sunghoon, no era de importancia las decisiones del colegio, así que decidió sacar su libreta para prestarle más atención a ella antes que al alboroto que estaban causando los alumnos nuevos. Pero como el mundo lo odiaba, al levantar la mirada cruzó sus ojos con los de Kim, quien sonrió levemente antes de comenzar acercarse. Entonces, se dió cuenta que el asiento junto a él estaba vacío y bueno.

—Hola, hyung. Seré tu compañero de asiento —saludó el chico arcoíris, con una enorme sonrisa en sus labios.

Sunghoon bufó.

—Sí, es genial.

Y con ello, decidió ignorar lo que más podía a aquel muchacho. Casi sin lograrlo, puesto que el chico llamaba la atención de cualquiera con sólo respirar.

Si estuvieran dentro de una caricatura, Sunoo sería el muñequito que siempre está rodeado de flores, luz, animalitos tiernos y muchos colores; mientras que él estaría rodeado de nubes oscuras, rayos y lluvia.

Vaya.

Pensó que los días siguientes se volverían tortuosos con la presencia de Kim, sin embargo, con el pasar de estos, el mayor se encontró ansiando llegar al colegio para recibir la característica sonrisa del menor como cada mañana.

Y sin darse cuenta, su mirada se encontró diariamente admirando con detalle el suave y delicado rostro de Kim Sunoo.

—Buenos días, Sunghoon hyung —escuchó la voz de Kim mientras se sentaba a su costado.

Sunghoon sintió su estómago revuelto mientras se enderezaba en el asiento, dandole una rápida mirada al menor. Y claro, le hubiera dado un asentimiento como saludo (como solía hacer siempre) pero cuando sus ojos se fijaron en aquel moretón que Sunoo tenía en la mejilla, no hizo nada más que mirarlo con la preocupación en su rostro.

—¿Qué te pasó? —preguntó, levantando su mano para tocar suavemente la mejilla de Kim.

La sonrisa que Sunoo le mostraba tembló ligeramente, pero no desapareció.