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La campana del salida había sonado, era la última semana de clases, después era la graduación.

—Mierda, olvide los libros de Química sobre el escritorio, ya los alcanzo. —Dani y Justin asienten y se van al estacionamiento mientras yo corro hacia el salón de clases, otra vez empezaba a cansarme rápido, cuando ya no podía más, paro y recuesto mi espalda sobre los casilleros. ¡Porque demonios no puedo correr normalmente! Cierro los ojos y trato normalizar mi respiración.

—¿Todo bien? —Noah apareció frente a mi.

—Si. si. —Mi respiración había empeorado ahora que lo tengo cerca .

—Bien. —Se va alejando pero mi voz hace que pare de caminar.

—¿Qué pasa? —Digo con los nervios de punta.

—¿Que pasa de que?— Se devuelve hacia mi.

—Finjes no conocerme o algo así. Puedes parar? —Mascullo, alzando ambas cejas.

—No hago eso. — Niega

—¿No? Me has ignorado desde que llegamos de New York.

—¿Es necesario hablar todos los días?

—No. Pero me miras como si no me conocieras.

—Todo está bien Bella, no molestes. —Su voz fría me golpea y no me deja decirle nada más porque se marcha. Demonios, acaso este chico es bipolar? Hace unos días me invita a salir y se comporta lindo, y ahora me ignora, su comportamiento es hiriente, tomo aire y me dirijo hacia el estacionamiento.

—¿Y los libros? —Dani me pregunta pero solo puedo verlo cuando se sube a su auto. Había olvidado ir por los benditos libros.

—Recordé que si los tenía en las mochila. —Le digo en una media sonrisa. Nos subimos al auto de Justin y me llevó a mi casa. Mi madre llegaba hasta mañana , tenia turno. Subo a mi cuarto, y dejo mi mochila, me acerco a la ventana, Noah ya ha llegado su auto estaba en el parqueadero de su casa. Me quito la ropa que traía y me pongo algo cómodo, bajo a la sala y enciendo la televisión para ver Netflix. Estaba tranquilamente cuando una presión en el pecho me hizo empezar a toser y toser, me dirijo hacia la cocina por agua, la tos se había calmado, volví al sofá y me acosté sobre el. Me envolví en la cobija para irme a mi cuarto. Hace unos días conocí a un chico por Instagram y estuvimos hablando desde entonces, quiere que nos conozcamos en persona, se llama Charly es mayor que yo, es atractivo, no lo conozco muy bien pero ya saben, el miedo y la inseguridad de verte con una persona que conociste en redes sociales. No muy segura le digo que si a la propuesta de vernos. No me salgo de la aplicación de Instagram y pongo en el buscador el usuario de Noah, reviso su perfil, apenas y sube historias y solo tiene una foto en su perfil, de hace 5 años. Como he dicho Noah es un tipo muy reservado en todos los aspectos. Tengo años de ver su perfil, y nunca le había dado follow, pienso antes de tocar el botón de "Seguir", mi dedo tembloroso toco la pantalla y le di el follow, salí rápidamente de la aplicación y apagué mi teléfono. Minutos después mi teléfono sonó, era una notificación de Instagram

@NoahP12 ha empezado a seguirte. Sonrío cuando leo la notificación. Pero se me quita de inmediato cuando recuerdo como me trató con indiferencia hoy. Me quedo pensando, y le escribo a Charly.

—¿Puedes hoy? —Envío el mensaje sin pensarlo.
—Por supuesto. Mándame tu ubicación, paso por ti en 30 min💗

Suspiro y me meto en mi armario para buscar que ponerme, me meto a bañar rápido y en 5 minutos salgo y me cambio con la ropa que elegí. Unos jeans un crop top blanco y una chaqueta de cuero y mis botas favoritas que me llegan hasta el muslo, me hacen ver un poco alta por el tacón. Me maquillo lo más natural como siempre, me perfumo y le envío un mensaje a Charly que estoy lista. Bajo a la sala a buscar a Amanda quien está limpiando la cocina.

El Cielo Es El Límite ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora