Un deseo a las estrellas

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—En el futuro quiero a alguien que me quiera.

Con sus infantiles pensamientos que aún poseía, Kanao pide mirando por la pequeña rejilla que tenía la caja de madera en la que estaba.

Teniendo apenas 6 años, Kanao solo podía hacer lo que sus "padres" le obligaban. Y por esa razón estaba encerrada en una caja en la que apenas cabía, sollozando.

No tenía esperanzas en un futuro, su pequeña mente no daba para tanto.

Pero si lo que un conocido de sus padres dijo alguna vez era cierto, las estrellas podrían concerderle un deseo.

Y el de Kanao fue cariño.

[ · · · ]

—Ha... ha...

Grandes gotas de sudor escurrían por su cuerpo mientras ella traspiraba.

Los lugares pequeños nunca fueron los favoritos de Kanao. Nunca.

No recordaba bien el porqué, pero tenía serios traumas con ellos.

Espeacios reducidos y sitios oscuros.

Y ahora, sin querer, estaba encerrada en los casilleros donde se guardaban los útiles de aseo.

—A-,

Su voz no salía.

El temblor en su cuerpo empieza a hacerse más y más repetitivo.

Cierra sus ojos y pequeñas lágrimas empiezan a caer por sus ojos.

Estaba desesperada.

—¿Tsuyuri-san?

Sus ojos se abren al instante que alguien le habla.

—¿Estás bien? Sal, hay mucho polvo ahí.

Kanao asiente rápidamente y sale del casillero.

El pelirrojo que la había sacado queda en silencio viéndola, ella rápidamente limpia sus ojos y aprieta sus labios.

—¿No te gustan los lugares angostos? —Kanao no responde—. Tengo una hermana menor que es aficionada a ellos, dice que algún día comprará una cama con temática sepulcral. Papá y mamá la han regañado mucho por eso.

Ella se tensa cuando él empieza a hablar.

Y continúo hablando solo durante unos minutos, luego se calla y mira hacia su asiento.

—Lo siento, venía por mi reloj.

Corre hacia su asiento.

Agradable.

Fue el primer pensamiento de Kanao.

—Bueno, volveremos a vernos, Tsuyuri-san.

Con una sonrisa radiante él abandona el salón.

[ · · · ]

Ruidoso.

Fue su siguiente impresión de él.

Siempre hablaba, sean cosas curiosas o temas totalmente fuera de contexto. Pero siempre hablaba.

El día siguiente Kanao no iría al colegio por estar de viaje con sus hermanas, y de alguna manera el Kamado se había enterado y habla de muchas cosas con ella.

Podía sentir la mirada incómoda de algunos del salón al verlo tan animado hablando y a ella tan taciturna.

Amable.

También pensó de él.

Lo aprendió cuando le vio extendiendo su mano para varios niños y ancianos en su camino a la estación.

Humilde.

Lo supo cuando lo vio hablar con unos ancianos al tiempo que ambos les cedían sus puestos.

Brillante.

Se dio cuenta cuando varios extraños le agradecían y lo saludaban por ayudas anteriores.

Él era muy bueno.

Como una estrella brillante en la oscura noche, quizás.

Estrella...

Algo le venía a la mente cuando pensaba eso.

—Ah, Tsuyuri-san.

—¿Quieres, Tsuyuri-san?

—Seguro que no te gustan las pasas, Tsuyuri-san.

—P-, Perdón, tenías helado en... tu cara...

Lindo.

Ya no podía negarlo.

Quizás...

Una sonrisita escapa de Kanao.

Quizás algún día podría ser cercana a él y poder comprender cómo.

Cómo brindaba tanto cariño.

Cariño que como niña deseaba.

Deseaba desde hace tiempo.

Tiempo que, aunque había pasado, no recordaba.

Pero no tenía intenciones de recordar, algo le decía que sería doloroso.

Como una estrella.

Y una muy brillante.

[ F I N ]




















—¿Te gusta Tsuyuri-san?

—Mm... no creo ¿será?

—Eres malísimo mintiendo y dejando en la intriga.

Tanjiro hacía una mueca fea.

Un deseo a las estrellas - TanjiKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora