Capitulo XIII

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Como ya era costumbre no podía dormir,había enfadado a papá y a Tomas y esto me traería muchos problemas

Aquí me sentía a salvo pero ¿hasta cuando?,¿cuanto tiempo más deberé de esconderme de ellos?,¿por que no podía vivir una vida normal y corriente como el resto de personas?

Me levante de la cama y fui a la cocina con la intención de tomar un poco de leche para intentar dormir mejor

Pero en cambio acabe con una taza de café y leche en la terraza observando la noche

—¿no duermes?—pregunto Damián saliendo a la terraza con una taza de café en la mano

Reí,éramos más iguales de lo que queríamos aparentar

—no pude hacerlo,y veo que tú tampoco—conteste

—no,vine a tomar algo,total no creo que consiga dormir hoy—

—yo vine a por un vaso de leche para relajarme y acabé con café en la terraza—

—no creo que eso te dé sueño—

—ya,yo tampoco lo creo—

Ambos reímos un rato,se sintió bien hacerlo

—¿estás bien?—pregunto

Negué con la cabeza

—estoy asustada,papá y Tomas son muy peligrosos y más si se juntan—

—¿quien es ese Tomas?—

—un loco obsesivo—

—eso no da muchos detalles—

—¿no dejarás de preguntar hasta que no te lo diga verdad?—

—es que me e quedado con intriga—

Reí ante su súplica

—Tomas es un amigo de mi padre desde que son niños,desde que fui pequeña tuvo una gran obsesión conmigo,llegándome a pedir matrimonio cuando cumplí los dieciocho,que obviamente rechacé,pero a él no le gusto que lo hiciera,desde entonces me acosa siempre que me ve,intentando de todo para hacerme suya,y solo suya—

—si que parece un loco obsesivo,¿no te ha hecho nada verdad?—

Las lágrimas salieron de mis ojos deslizándose por mis mejillas

"—¿quien es usted?—

—soy Tomas un amigo de tu papá—

—¿y que quiere de mi?—

—vine a divertirme un rato Gata,no sabes cuanto te deseo"—

—¿Catalina estas bien?—

Damián me saco de mi trance con ese mal recuerdo

—si estoy bien—conteste limpiándome las lágrimas

—¿y por que lloras?,catalina no me mientas,¿te hizo algo ese idiota?—

Él cogió mis manos y se acercó a mi para mirarme directamente a los ojos

—confía en mi,por favor—

—cuando tenía ocho años él les pagó a mis padres una gran suma de dinero a cambio de una noche conmigo,dinero que ellos no dudaron en aceptar,eso es todo—solloce

—¿como unos padres pueden haber permitido tal cosa?—

—pues por que no lo saben ser,nunca lo supieron ser—

Nunca había contado esto ni todo lo demás de mi infancia y ahora que lo hice no pude parar de llorar por que por primera vez estaba asumiendo la realidad

La GataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora