Compra pan

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—Kanao.

La de ojitos violetas deja de ver su libro y mira hacia su hermana mayor.

Su corazoncito se alegra y rápidamente deja la cama, lugar donde estaba sentada recostada contra la pared, leyendo.

Pone sus pies en el suelo y ajusta sus pantuflas de unicornio.

—Compra pan.

Se congela.

El mundo se detiene para ambas.

Una viendo a la otra, la otra viendo el cuernito colorido de sus pantuflas.

Luego, temblando y lentamente mira a Kanae.

—Compra pan.

Con sus ojitos incrédulos le dijo todo lo necesario a su hermana mayor.

Kanao empieza a mover sus manos de forma rápida y desincronizada.

Se detiene.

Luego mira a Kanae.

Le hace ojitos.

Parpadea.

Le hace ojitos más fuerte.

—No, Kanao. Shinobu está haciendo su test para el trabajo y no puede pausarlo; yo estoy haciendo la cena. Debes hacerlo tú.

Los ojitos de Kanao se aguan.

—!

Ella mira su cama.

Luego su mesa.

Luego su escritorio.

Corre a él y toma su teléfono.

Lo señala con su dedo.

—Quiero que lo traigas.

Los ojitos de Kanao se aguan.

—Abrígate bien, hace frío.

Y tiranamente se da la vuelta.

La figura de su hermana nunca se había visto tan opresora.

Ese día Kanao aprendió de algo llamado traición.

[ · · · ]

Panaderías cerca.

Fue lo que Kanao buscó en su teléfono.

Siguió el mapa y cuando alzó su vista-

¡Cerrado!

Maldito horario humano que solo estandariza un tiempo de compra.

Va a la siguiente.

Estaba abierta.

Se acerca.

Queda quieta.

Pudo ver cómo un par de borrachos entraban.

Quizás buscaría una más lejos.

Las siguientes dos estaban cerradas.

Eran las 10:17.

Quizás no podría llevar pan para la cena.

Pensé que traerías pan...

K-, Kanao- pan-

Pudo imaginar a sus hermanas muy flacas pidiendo pan.

Sí. Debía llevar ese pan.

La pregunta era ¿dónde?

Mira a un lado de la carretera, mira al otro.

Todo estaba vacío, así que cruza.

—Oye.

—¿¡H!?

Asustada mira a quien la llamó.

—¿Buscas algo, Kanao-san?

El sol resplandeció para Kanao.

Ella asiente rápidamente y le muestra su teléfono.

—¿Pan? Papá me mandó a comprar algunos souvenirs, si quieres me esperas y vamos juntos.

Tanjiro Kamado era el hijo mayor de unos panaderos.

Kanao asiente de inmediato.

[ · · · ]

—Permiso.

El chico frente a ella abre la puerta de su casa y luego de entregar lo que compró, la llevó a la panadería que ellos tenían.

—¿Cuánto te dieron?

Kanao asiente y toca su bolsillo.

Tanjiro la mira.

Ella lo mira.

El mundo se congela para ambos.

—¿No-?

Los ojitos de Kanao se aguan.

Al final Tanjiro le fío algunos panes.

Misión cumplida.

[ F I N ]

Compra pan - TanjiKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora