Extra II

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El hambre nuevamente se cernía sobre la familia Kocho cuando en un afán de pan, Kanao se comió el último que había.

—Kanao se acabó el pan...

—¿Tenías hambre, cariño?

Las dos hermanas mayores que tanto querían la vieron, la vieron... con lástima.

Eso hirió el orgullo de Kanao.

—No te preocupes, podemos comprar más cuando salgamos. Kamado-kun dijo que fueramos y nos atendería a cualquier hora ¿no es muy bonito?

Eso despertó los celos en Kanao.

Ellas, esas hambrientas de pan, querían quitarle su maestro del pan, y el único hombre que se había preocupado genuinamente por el hambre de pan que sufría su familia.

Con un fuerte golpe ella se levantó de la mesa y limpió las migas de pan que tenía en su boca, se dio la vuelta y empezó a caminar hacia su habitación.

—¿Te molestaste? Kanao, cariño.

La voz preocupada de Kanae fue oída por la salvadora del pan, pero ella la ignoró. Ella tenía una misión que cumplir: Traería pan y obligaría a sus hermanas a no robarle a su maestro del pan.

[ • • • ]

—Kanao, bienvenida.

Una niña de ojitos rosados la saluda al ingresar a la panadería Kamado.

Ella la ignora y empieza a buscar a su maestro.

—¿Buscas a Tanjiro? —Kanao asintió de inmediato—. Salió con Aoi, dijo que comprarían algunos ingredientes para un pastel.

Fue como un rayo.

¿Había más de una hambrienta de pan queriendo quitarle a su maestro del pan? ¡Imposible!

Y de todas las personas ¿¡Aoi!?

No, no debía sorprenderle, no después de la magistral puñala en la espalda que sufrío de Kanae la última vez. [Ver capítulo 1]

Pero, aunque fuera Kanae, Shinobu o Aoi, no importaba, nadie le iba a quitar a su maestro del pan.

Hizo una reverencia y abandonó el lugar, bañada por la mirada desconcertada de Nezuko.

[ • • • ]

—Ah ¡Kanao! Aquí.

La traidora #2 alzó su mano cuando la miró.

A su lado estaba Tanjiro.

—¿Por qué me llamaste de repen...?

Kanao no dijo nada, solo tiró de la mano de Tanjiro y lo abrazó muy fuerte.

—¡Mío!

Todos quedaron en silencio.

Estaban a la salida de un supermercado y algunas personas que las estaban viendo empezaron a cuchichear.

—E-, Espera ¿cómo que tuyo?

La expresión de Kanao se volvió enojona y frunció su ceño aún más.

—Ka-, Kanao...

La voz de Tanjiro se perdió en el espacio.

Desde ese día algunos malentendidos se originaron y Kanao no tenía ganas de solucionarlos, y Tanjiro no tenía el coraje para negarlos.

En resumen, ya no tendría que comprar pan.

—Llévales a tus hermanas también.

Una sonriente Kie le entregaba a Kanao una bolsa llena de pan y la joven, con una sonrisa engreída, la recibía y se alejaba, sintiendo que su misión había sido cumplida con más éxito que la anterior.

Compra pan - TanjiKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora