El vuelo emprendió, entonces notó que sus manos sudaban, ¿Por qué el tiempo en sus recuerdos pasaba tan rápido en la realidad?
Abrió los ojos notando que estaba en la playa, hace tanto que no visitaba una, la brisa golpeó su rostro, llevaba unos shorts azules y sandalias del mismo color, miró a su costado notando que había una toalla a su costado, el mar era muy solitario. El cielo era rosa por el atardecer y podía divisar algunos buques enormes a la distancia.
Sonrió, no lo notó hasta el momento, se sintió orgulloso de su físico, su pecho estaba muy marcado y su abdomen no estaba lejos de demostrar los músculos bien definidos.
Escuchó una risita provenir de la parte trasera de la formación rocas que se encontraba atrás suyo, una clase de peñas con las que el mar llegaba a golpear.
Miró a Wooyoung acercarse a él por un costado, sus cabellos negros estaban muy largos y algo ondulados, tragó saliva al ver su lindo cuerpo en esos shorts tan ceñidos a su cuerpo.
—Mi hermana está muy feliz de habernos visitado, la extrañaba demasiado. Aunque debo admitir que se me hizo un poco incómodo —le dijo mientras se acomodaba a su costado.
Por lo que entendía esta se acababa de ir.
—¿Qué te incomodó amor? —el decir la última palabra le causó un cosquilleo inmenso.
Lo vió desvíar la mirada hacia un costado.
—No es nada, quizás sólo son ideas mías.
—Dime que fue, no importa que —tocó con cuidado su mano —, si es algo que te preocupa es mejor que me lo digas.
—¿No crees que se comportaba extraño contigo? Digo —lo vio nervioso—, ella jamás se comporta así y de pronto se reía de todo lo que decías y quiso sentarse contigo.
Sólo se quedó observándolo, ¿Acaso este no sabía que esas mejillas eran las más hermosas que había visto? ¿No se daba cuenta como su piel al toque de los rayos del sol parecía irreal? Estaba hipnotizado al punto que por un momento olvidó lo que este decía.
Se levantó para poder estar mucho más cerca suyo.
—... Quizás sólo es mi cabeza sacando conclusiones apresuradas.
—¿Celos? —lo tomó del rostro.
—Por supuesto que no —le dijo seguro—, admito que ella puede ser más bonita y quizás su piel es mejor que...
—No te compares —dijo serio—, quiero decirte tantas cosas Wooyoung. Muchas de estas quizás no tendrían sentido y te sorprenderían demasiado.
—Inténtalo, sabes que me puedes decir cualquier cosa San.
—Siempre quiero que busques tu felicidad Wooyoung, puede que algún día nos separemos, no porque se acabe el amor, créeme —sentía su voz cortarse—, no hay forma de que eso pase. El mundo está lleno de atrocidades—la reticensia era clara, no quería decir mucho, temía que como castigo divino lo devolvieran a la situación en la que estuvo antes de tener los recuerdos, no quería burlar al extraño fenómeno que lo ayudaba.
—Eso es drástico Choi —se subió encima suyo haciendo a este tragar saliva.
—Voy a amarte correctamente Wooyoung —le salió sin pensar.
—Esa frase, me encanta cuando la dices—se apoyó en sus hombros dejando bien posicionado su trasero sobre dónde sabía podía jugar a tentarlo.
—Es porque para amarte hay una manera, y es que sólo yo la conozco ¿Verdad? —sus labios se movían solos, su cuerpo se tensaba al sentir tambien lo que su mente empezaba a recordar.
Más y más recuerdos, un beso, una risa, un lágrima.
—Sólo tú me amas de la forma correcta, eso es cierto San —empezó a mover las caderas —, ¿Me darás mucho amor?
—Todo el que te mereces —lo sujetó de la cintura.
—¿Cuánto es eso?
—Tanto que no podrás olvidarme.
Lo besó sintiendo la amargura de sus últimas palabras.
"Soy egoísta" pensó" Egoísta por amarrarlo con esa clase de palabras"
—¿Cómo voy a olvidar a mi soñado piloto? —besó ahora su mejilla con dulzura—, amaría verte usar un traje de esos, son tan elegantes, tú te verías tan bien.
—Me pondría uno y te haría el amor. Lo haría ahora mismo.
—Puede que el traje no importe, puede que sólo quiera que me tomes ahora mismo.
Sonrió sobre sus labios para sin descaro bajar sus shorts y saborearlo cómo sólo el disfrutaba, ambas pieles adoptaban un color rojizo por la exposición al sol. No importó nada cuando lo hacía gemir al ritmo de las olas del mar.
Fue abrupta su manera de despertar, dio un corto salto mientras sus manos se encontraban en los controles. Mordió su labio fuertemente y mantuvo la calma.
Era la última vez, se lo prometió, debía volver no importando qué, tenía que verlo. Recordaba gran parte de cosas, sentía vitalidad, sus ojos estaban llenos de esperanza y ansiedad.
Estaba apunto de caer dormido cuando recordó, miles de recuerdos, sus padres, sus amigos, Wooyoung....
Empezó a reír, una risa llena de tristeza, una risa histérica.
—Wooyoung —empezo a sollozar —mi amor.
No sólo fue ese recuerdo, recordó lo que pasó antes de perder la memoria.
El recuerdo fue tan desagradable, limpiaba sus lágrimas, no tenía una de sus piernas y se arrastraba por el piso intentando buscar alivio en la muerte, cargaba su mochila de campo cuya única carga eran el taper con su nombre y comida que le había sobrado.
Recordó sus propios gritos, su garganta se desgarraba, ni siquiera podía prestar atención a su alrededor cuando lo meditó en el instante recordó que se encontraba rodeado de cuerpos. Recordaba cada sensación como si la hubiera vivido hace unos minutos.
Y fue entonces que se recostó mirando al cielo. Era un azul con mezclas de negro, elevaba su mano esperando morir en cualquier momento.
"Qué pueda ser feliz"
Soltó en un susurro, eso se lo pidió a los ángeles, a los que amenazaban con llorar. ¿Quién cuidaría ahora de ellos?
"Una segunda oportunidad"
Tras eso todo se volvió blanco y despertó con sus pertenencias en una casita pequeña, no tenía recuerdos y un bebé lloraba cerca de allí. Se lo llevó únicamente teniendo su nombre en mente.
"Choi San" escrito sobre su única pertenencia.
Ahora lo recordaba, el taper en el que Wooyoung todos los días le enviaba su comida.
Tenía que volver, habló con la agencia de vuelos para poder regresar a Sade, no fue fácil pero reportó una urgencia a la que no pudieron negarse por la cantidad de tiempo que trabajaba allí. Alistó sus cosas y esta vez como pasajero emprendió el vuelo.
Que sublime poder recordar todo, sus labios, su cuerpo, no podía creer todo lo que le había pasado.
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CIELO - Sanwoo [+18]
أدب الهواة-¿Aún no das tu primer beso? -Por supuesto que no -le dijo con seguridad-, ese lo guardo para mí esposo. Me imagino cuántas debes haber besado, sólo hazlo para que me dejen tranquilo. -¿Me estás pidiendo que bese a una de tus hermanas para que no te...